Batallón 102: un historial criminal

AutorJorge Carrasco Araizaga

Con antecedentes de ejecuciones extrajudiciales, el 102 Batallón de Infantería del Ejército Mexicano, al que pertenecen los militares acusados de asesinato en Tlatlaya, ha sido consentido por Enrique Peña Nieto.

Como gobernador del Estado de México, Peña Nieto inauguró las nuevas instalaciones de ese cuerpo militar en mayo de 2010, y a principios de este año el comandante supremo de las Fuerzas Armadas lo integró al operativo "Seguridad Mexiquense" que puso en marcha.

Instalado al sur del Estado de México (Edomex) con la misión expresa de combatir al narcotráfico en la zona, el 102 Batallón de Infantería ya se había visto involucrado en otros asesinatos de civiles. Al menos una docena de elementos están siendo procesados por ejecuciones extra-judiciales de presuntos integrantes o protectores de la delincuencia organizada.

Medio año antes de la matanza en Tlatlaya, miembros de ese mismo batallón mataron a cuatro empleados del gobierno municipal de Arcelia, Guerrero, en la frontera con el municipio mexiquense.

Aunque el hecho se presentó inicial-mente también como un "enfrentamien-to", el 6 de diciembre de 2013 mataron en el poblado de Palos Altos, Arcelia, a Mario Urióstegui Pérez, director de Tránsito Municipal del ayuntamiento.

Conocido como La Mona, Urióstegui era identificado por el propio Ejército como suegro de Johnny Hurtado Olascoaga, El Mojarro, líder del grupo delictivo La Familia en la región norte de Guerrero y sur del Edomex.

El 31 de marzo de este año, cuando el 102 Batallón ya era investigado por esa ejecución extrajudicial, y en medio de una crisis de inseguridad en el Estado de México, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Oso-rio Chong, anunció el operativo "Seguridad Mexiquense".

El gobierno de Peña Nieto comenzó a informar de sus resultados y anunció la detención de más de medio millón de personas, aunque sólo 1% de los 579 mil 461 detenidos fue considerado como probable responsable de algún delito (Proceso 1963).

En su segundo informe, del 5 de junio, reportó que en Tlatlaya habían sido aprehendidas dos personas "que dijeron pertenecer a un grupo delictivo que opera en Michoa-cán".Tres semanas más tarde, el 30 de junio, se produjo la ejecución extrajudicial en ese municipio. A partir de entonces, el gobierno federal dejó de hacer propaganda sobre el operativo "Seguridad Mexiquense".

Los "cazadores camuflados"

Como en el caso de Tlatlaya, en el de Palos Altos la Sedena aseguró que había sido un enfrentamiento. Pero cuando se hizo público que entre los muertos de Arcelia estaban cuatro empleados de ese municipio, se informó que había sido una confusión de los militares porque los asesinados eran cazadores que iban con uniformes de camuflaje. La ejecución provocó una movilización en ese poblado en contra del 102 Batallón de Infantería.

En ese tiempo, El Mojarro era el número dos de La Familia, grupo que desde 2009 se disputa con Los Guerreros Unidos el control territorial de lo que el propio Ejército define como "corredor de las drogas" entre el norte de Guerrero y el sur del Estado de México, en la frontera con Michoacán.

La Familia es una escisión de La Familia Michoacana, mientras que Los Guerreros Unidos constituyen...

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