Los Beatles, Santa Claus y los protones

AutorGerardo Herrera Corral

El 10 de marzo de 2010 fue publicado en un periódico de Ginebra una nota respecto del proyecto Gran Cólisionador de Hadrones (GCH) del CERN. El periódico 20 minutos, que se é distribuye gratuitamente en —M Suiza y que desde 2004 es el diario más leído en el país, anunciaba el fracaso de la ciudadana alemana que había interpuesto ante la Corte una demanda para impedir que el Gran Cólisionador de Hadrones entrara en funcionamiento por temor a que se produjeran agujeros negros que un día terminaran por devorar nuestro planeta.

El Gran Cólisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés: Large Hadron Colli-Aer) es el acelerador de partículas más potente jamás construido. Está a más de 100 metros por debajo de la superficie, en un túnel circular que forma un anillo de nueve kilómetros de diámetro. En el anillo -cuyo perímetro de aproximadamente 27 km atraviesa la frontera entre Francia y Suiza- se aceleran protones hasta que alcanzan una velocidad muy cercana a la de la luz: dos haces circulando en direcciones opuestas colisionan en varios puntos del anillo. En estos puntos, los físicos han colocado detectores para observar qué es lo que ocurre en los violentos choques entre protones.

Durante las colisiones de protones contra protones se espera observar una serie de fenómenos que podrían dar respuesta a importantes preguntas de la física de nuestros días: ¿por qué el Universo está hecho de materia y no de antimateria?, ¿cómo era el Universo justo después de la gran explosión?, ¿por qué los cuerpos presentan una resistencia a moverse?, ¿existen más dimensiones espaciales que las que nos son familiares?, y ¿de qué está hecho el Universo?

La violencia de las colisiones es tan grande que mucha gente se ha preocupado por lo que ahí pudiera ocurrir, como el profesor de física de secundaria en Hawai, el señor Walter Wagner, quien se presentó también ante la Corte de Justicia en Honolulú con la misma demanda de la ciudadana alemana Gabriele Schroter, aunque, desafortunadamente para Wagner, dicha Corte no tiene injerencia en los asuntos de Ginebra.

La señora Schroter, por su parte, ante el temor de que esta máquina termine con el planeta, interpuso dos demandas: una en 2008, que fue rechazada, y otra en 2009 ante la Corte Federal en la ciudad de Colonia (Alemania), con la esperanza de que la delegación alemana que participa en el CERN se retirara, obstaculizando de esta manera el desarrollo del proyecto. El 9 de marzo de 2010, la Corte finalmente rechazó esta nueva solicitud por considerar que "la demandante no proporcionó pruebas concluyentes". Después de revisar el caso, la autoridad dictaminó la improcedencia de la petición interpuesta toda vez que "la desconfianza en las leyes de la física" no era prueba suficiente.

En realidad no hay razón para alarmarse. Aun cuando las colisiones del acelerador llegasen a producir objetos extraños como...

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