Bicentenario de Manuel Tolsá

AutorJoaquín Bérchez

La figura de Manuel Tolsá Sarrio (Enguera, Valencia, 1757-México, 1816), de quien se cumple el 200 aniversario de su fallecimiento, apenas si necesita presentación. Su nombre está sólidamente unido a la escultura y arquitectura del momento académico mexicano de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Si como nos recuerda Antonio Muñoz Molina a propósito de las vindicaciones postumas de artistas y escritores, éstas suelen estar atravesadas por esa suerte melancólica de gloria que no llega a conocer quien ha muerto, en el caso de Tolsá hemos de convenir que tuvo la ventura de conocerla con creces en vida, por más que sospechemos que no debió de vislumbrar esa posteridad casi sin límites en la que se asienta su legado artístico.

Autor de la estatua ecuestre de Carlos IV, el famoso "Caballito", el Colegio de Minería, los palacios del Apartado y el de Bue-navista, todos en la Ciudad de México, el Ciprés de la Catedral de Puebla, el Hospicio Cabanas en Guadalajara, o la remodelación exterior de la Catedral Metropolitana, pocos artistas de la época virreinal han gozado de su fortuna histórica. Y si Tolsá fue ya celebrado por sus contemporáneos como el Fidias valenciano o como el Padre de las Artes en América, también hay que decir que la imagen moderna e ilustrada de la Ciudad de México, debida a su versátil actividad artística, tuvo el raro privilegio de ser disfrutada, vivida por todo tipo de públicos y, lo que es más aún decisivo, en todos los momentos históricos.

La persistencia en el tiempo de su obra sobrepasó sin fisuras el tránsito de la época virreinal a la del México independiente. A quienes en la actualidad nos acercamos a sus obras (en especial al Colegio de Minería y la Catedral), nos sorprende cómo dota a sus edificios de una poética de arquitecto que fragua en un distintivo sello de ciudad, el "estilo Tolsá".

Formado artísticamente en España, primero en los aledaños de la Real Academia de San Carlos de Valencia y después en Madrid, en la de San Fernando, Tolsá fue nombrado en 1790 director de la sección de escultura de la Academia de Bellas

Artes de San Carlos de México. La aventura americana de Tolsá fue seguida por el pintor Rafael Ximeno y el grabador José Joaquín Fabregat, lo que se tradujo en la instalación, casi simultánea, de tres valencianos en la dirección de la Academia de San Carlos de la Nueva España.

Nada más arribar a tierras mexicanas, en 1791, desplegó una intensa actividad artística que le llevaría a...

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