Big Brothers

AutorJavier Sicilia

Una de las aportaciones más importantes de la larga reflexión de Giorgio Agamben en su monumental obra Homo sacer, es mostrarnos que el Estado tiene un doble rostro: el de la inclusión de sus ciudadanos dentro del sistema que custodia y el de la exclusión de aquellos que no caben en él: desechos humanos, dice Zygmund Bauman; zoe, dice Agamben: una especie de presencia animal. El Estado, sea totalitario o no, funciona así como una especie de Big Brother orweliano que tiene también otro rostro: el de la exclusión. Al mismo tiempo que integra segrega.

En el mundo líquido, el mundo moderno del Progreso y del consumo, los seres excluidos tienen muchos rostros -víctimas de la violencia, negros, musulmanes, ninis, indígenas... El que recientemente tomó preeminencia en los medios de comunicación es el de los migrantes.

Tanto el Estado norteamericano como el mexicano reconocen la condición humana de estos seres en busca de protección, pero al mismo tiempo que la reconocen los excluyen. Esos seres -al igual que otros que no tienen posibilidad de empleo ni de consumo- no encajan en el mundo que custodia el Estado. No hay lugar para ellos; son una plaga cuya inutilidad puede contaminarlos de la rabia del crimen o del terrorismo.

Por eso, el Big Brother norteamericano -que en el caso migrante representa su papel orweliano- levanta muros en la frontera, proporciona a los oficiales de inmigración listas de personas que no deben entrar en su territorio, instruye a sus guardias sobre aquellos que debe detener en la puerta, insta a sus ciudadanos a denunciarlos y exige al Big Brother mexicano -en su rol de encargado de limpiar el traspatio- que haga lo suyo y se deshaga de ellos como se limpian los desechos del mercado y sus consumos.

Por ello, el Big Brother mexicano -cuya capacidad de violar derechos humanos es ejemplar- abandona a los migrantes como perros, para, como perros, ser alimentados por ciudadanos compasivos o, como perros, desaparecer bajo el cepillo de esas Guardias Blancas llamadas Cárteles (me pregunto si la Guardia Nacional será también un instrumento de limpieza). O bien -ahora que los migrantes se han vuelto hordas- encerrarlos en campos de concentración llamados eufemísticamente "refugios".

El supuesto acuerdo al que sobre el tema migrante llegaron los Hermanotes después de que el del norte levantó la voz, no varió en nada la situación: el del Norte mantendrá sus restricciones y empantanará en la burocracia las solicitudes de asilo; el...

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