Bolsitas del placer

Se venden en bolsitas y cuestan de 4 a 6 pesos cada ejemplar. Están dirigidas a mayores de 18 años. Sus portadas muestran dibujos de mujeres de cuerpos voluptuosos, con poca ropa. Sus páginas reproducen cuerpos desnudos de hombres y mujeres, así como diversos actos sexuales sin que aparezcan genitales. Los argumentos con frecuencia recurren a la violencia, el machismo y la misoginia. Los diálogos juegan con el lenguaje popular y el albur.

Estas historietas constituyen -a juicio de especialistas- un vehículo masivo de aprendizaje sexual para cientos de miles de mexicanos que las consumen semanalmente.

En los puestos de revistas se exhiben casi tres decenas de títulos diferentes, cuyo tiraje total y circulación efectiva son imprecisos. La página de Internet de Editorial Ejea, que publica 15 historietas distintas, reporta ventas por un millón y medio de ejemplares semanalmente, aunque en entrevista su director, Guillermo Domínguez, dice que a lo mucho venden 40 mil ejemplares de cada título.

Los hermanos Jaime y Germán Flores, dueños y editores de Editorial Mango-Toukán, prefieren dejar sin respuesta la pregunta de cuánto venden.

Sólo admiten que tienen que "matar" títulos y crear nuevos, además de ofrecer dos revistas por el precio de una con el objetivo de no reducir sus ventas.

Se dirigen a un público de nivel socioeconómico medio y bajo, urbano, semiurbano y rural, de acuerdo con la página de Internet de Ejea. "Popular, de 18 a 25 años", según los editores de Mango-Toukán. Están además las editoriales Multicolor y Bonanza, cuyas historietas hasta hace unas semanas se imprimían en sepia y hoy tienen color.

Envueltas en plástico por disposición del Reglamento de Publicaciones y Revistas Ilustradas, circulan también en la reventa o el intercambio a mitad de precio.

Los artículos 6 y 7 del citado reglamento, que data de 1981, prohíben en publicaciones ilustradas la difusión de contenidos que fomenten vicios, enseñen hechos contrarios a las leyes, la moral o las buenas costumbres y, en aquellas de contenido "marcadamente referente al sexo", la exhibición de desnudos o expresiones contrarias a la moral y a la educación.

Sin embargo, Roberto González Labastida, secretario técnico de la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, dependiente de la Secretaría de Gobernación, afirma que la aplicación de estas normas se enfrenta al problema de la ambigüedad, al no especificar qué son la moral y las buenas costumbres. En su opinión...

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