Bolsonaro en Washington

AutorOlga Pellicer

En una primera aproximación, la visita puede ser vista como el encuentro de dos ideólogos de la extrema derecha que se encuentran y simpatizan; así fue. Particularmente significativa es la coincidencia de ambos mandatarios respecto a la presencia indeseable de tendencias socialistas en el hemisferio. Puede tratarse de los regímenes de Bolivia o Cuba, o de ideas que flotan en el Partido Demócrata en Estados Unidos, como las de Bernie Sanders. Según Bolsonaro, semejantes tendencias no tienen oportunidad de prosperar en América Latina. Está por verse qué puede hacer para evitarlo.

Más allá de tales coincidencias, el encuentro es importante por otros motivos. Empecemos por notar que, desde el punto de vista económico, Brasil es un buen ejemplo de cómo han cambiado las aguas durante el último decenio. Su principal socio comercial es China, de la misma manera que lo es para otros países latinoamericanos, como Chile o Perú. El avance de la potencia asiática en América Latina es una nota sobresaliente de los últimos tiempos. Un dato que da otra dimensión al deseo trumpiano de forjar alianzas con el mandatario brasileño. Éste representa a un país que atraviesa momentos difíciles desde el punto de vista económico, pero tiene enormes potencialidades y no corresponde ya a la tipología de país subordinado con las características que tuvieron los países latinoamericanos el siglo pasado.

La cercanía a Trump no significa que Brasil pueda convertirse en seguidor para aventuras de tipo militar en América Latina. Es claro que para los militares brasileños, los más poderosos en el sur del continente, es inaceptable que los marines estadunidenses puedan instalarse en el territorio fronterizo de Venezuela, país con el que Brasil comparte 2 mil kilómetros de frontera. Hay coincidencias en reconocer a Guai-dó, satanizar a Maduro y propiciar su salida del poder. Pero el tema de la acción militar de Estados Unidos fue cuidadosamente evadido. No es algo aceptable para los militares cariocas.

Lo anterior no significa que Bolsonaro no otorgue un lugar importante a las coincidencias ideológicas y vea con simpatía la posiblidad de compartir con Trump y sus allegados más cercanos -como Bolton desde el gabinete de seguridad nacional o Marco Rubio en el Congreso- una campaña en contra de "la troika de indeseables" (Bolilvia, Cuba y Nicaragüa). Pero llevarla a cabo es asunto de las agencias de la Oficina de Seguridad Nacional que mucho le interesan; prueba de ello fue su...

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