Brota la peste (II)

Como un drenaje que se tapa y comienza a escurrir la inmundicia acumulada, así surgieron los testimonios sobre Diego Santoy Riveroll tras el el homicidio de los niños Peña Coss y León, así como el intento de asesinato de la hermana de los pequeños, su ex novia, el 2 marzo de 2006.

"Diego tomaba sus cervezas y se ponía muy loco, al grado de que a la persona que había golpeado en alguna riña, aunque lo viera en el suelo, lo seguía golpeando", dijo uno de sus conocidos.

"Le molestaba porque (Érika) andaba en fiestas y este chavo (Santoy) hacía todo lo posible para que ella no lo cortara, la chantajeaba, como que 'si me dejas, me voy a ir a emborrachar y no sé si me vaya a matar'", señaló otro.

Con sus vecinos también tuvo sus roces por sus mascotas, un doberman y un bóxer.

Según una mujer, el hijo de ella, de 9 años, pasó caminando frente a la casa de Santoy y sus perros le empezaron a ladrar, y el niño fue insultado por molestar a los canes.

Esos episodios no eran los más graves.

Desde que era menor de edad santoy estuvo metido en problemas con las autoridades al ser retenido por robo en 2001.

Incluso en Matamoros, Tamaulipas, donde vivió un tiempo, tenía un proceso penal por lesionar a un joven y dañar a un vehículo en 2003. Incluso se giró una orden de aprehensión contra él, que nunca se cumplimentó.

Cuando todo esto se dijo, Diego Santoy era prófugo de la justicia.

Luego de salir de la casa de su novia Érika, a bordo de un Neón, en cuya cajuela llevaba a la trabajadora doméstica, Diego pensó en ir al puente Atirantado de Monterrey para suicidarse, pero una llamada de Azura, hermana de su ex, lo hizo desistir.

"Algo le pasó a Érika, está sangrando y Érika dice que tú estuviste ahí", le dijo la joven de 19 años a Santoy, quien tuvo miedo de que lo detuvieran antes de llegar al puente, por lo que cambió de ruta para luego soltar a la empleada doméstica.

Incluso le pidió disculpas y le dio 20 pesos para el camión.

Tras esto le llamó a su mamá y tomó un taxi que lo llevó a Santa Catarina, a la salida a Saltillo.

En su mochila llevaba el cuchillo usado en los crímenes, un cordón, una libreta y la ropa manchada de sangre que se cambió por la que le facilitó su amigo Humberto Leal.

En Santa Catarina pidió raite a un trailero, con el que viajó hasta Saltillo.

Antes de llegar a esa ciudad tiró los Converse que traía puestos al momento de los asesinatos.

Cerca de las 15:30 horas del 2 de marzo bajó del tráiler en la entrada a Saltillo.

Luego subió a...

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