BTHVN 20

AutorFabrizio Mejía Madrid

Norbert Elias escribió que "para los alemanes no es insólito llevar una vida a la sombra de un pasado más glorioso". Y agrega sobre la dispersión de sus poderes, tan inusual en Europa: "La debilidad estructural del Estado alemán que, una y otra vez, había constituido un poderoso atractivo para que lo invadieran los países vecinos, suscitaría en los alemanes una valoración idealizada de las actitudes y acciones bélicas". Por ahí empezamos a vislumbrar una de las ideas sobre Beethoven. Son los románticos los que asocian su música sinfónica con la tormenta, el trueno, la furia. Sus descripciones -como la de E.T.A. Hoffmann, el cuentista que escribió El Cascanueces- son las de "un hijo de la naturaleza, un hechicero, un Prometeo renacido". Establecen la comparación con Mozart, que es visto como un genio infantil al que la música le brota sin esfuerzo. El Beethoven de los románticos es, en cambio, un torturado compositor, que tiene que hacer sus partituras sin poder oírlas más que en su cabeza; un triunfo de la voluntad sobre su trágico destino. Por eso, en las estatuas, Mozart, despreocupado, reparte flores, y Beethoven se esfuerza por salir del bloque de mármol, despeinado, intenso.

Su uso político comienza, sin duda, cuando se decreta que su música inspire a los soldados para derrotar a Francia. Es muy conocida su postura, primero, como parte de la corte del despotismo ilustrado de los Habsburgo, José y Leopoldo -a quienes compuso cantatas-, su apoyo a la Revolución Francesa y Napoleón -dedicándole la Tercera Sinfonía, La Heroica- y su desagrado cuando se proclama emperador que hace que le quite la dedicatoria; luego, la Novena y su "himno a la libertad", de la mano del poema de Schiller, que es usado como un llamado al internacionalismo y, en cuya premier, el 7 de mayo de 1824, la policía secreta del canciller Met-ternich manda callar.

Es el Segundo Reich (1871-1918) el que inventa a un Beethoven patriótico y "ge-nuinamente alemán". La leyenda que repiten muchos biógrafos es que antes de firmar la guerra contra Austria, Otto Bis-marck exclama al escuchar la Quinta Sin-fonía: "Si nos derrotaran con esa música resultaría bello". Es Richard Wagner el que asegura que "el compositor de sinfonías es un despertador del pueblo, a través del conductor de orquesta" y proclama un mismo hecho el centenario del natalicio de Beethoven y la unificación de Alemania: "Si sienten el poder del triunfo alemán en la energía de un corazón lleno con la música de...

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