Buscan chamba y no hallan

Con el Covid-19, una situación difícil pasó a la angustia de correr de terminal en terminal, mientras en la noche duermen con nuevos inquilinos de una banqueta que se volvió su hotel.

Al inicio de la contingencia había pocas personas durmiendo frente a la Terminal de Autobuses de Observatorio, unos se fueron para intentar guardarse en casa.

En el refugio improvisado, la nueva normalidad es, para estos trabajadores de la construcción, tener que convivir con más gente.

No los asusta el coronavirus, les inquieta su nueva rutina de juntar de peso en peso lo de una comida al día.

No entienden por qué no hay trabajo, si ellos ven obras paradas y reconocen que hay más gente durmiendo ahí.

Tienen la sensación de que, con la nueva Administración, el trabajo empezó a caer a cuentagotas y el coronavirus llegó para convertirse en su tormenta.

"En las mañanas nos amontonamos 50 buscando trabajando y se llevan a uno o dos", dice Demetrio González.

Pedro Martínez...

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