Evocación del calderonismo: no pudimos frenar la violencia

AutorJorge Carrasco Araizaga

En el violento sexenio de Felipe Calderón hubo un diálogo de sordos. Ni él ni sus detractores se escuchaban. El propósito de hacer de su estrategia antidrogas una política de Estado fracasó. La violencia no cedió... Al contrario.

Su sucesor, Enrique Peña Nieto, tampoco ha logrado aceptación, sobre todo entre quienes le entregaron el aparato de seguridad del Estado y desconfían de sus propuestas. Guillermo Valdés Castellanos, director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) entre 2007 y 2011, es uno de ellos.

Responsable de la principal agencia de inteligencia civil del Estado durante casi todo el gobierno de Calderón, Valdés Castellanos sale en defensa de lo hecho en materia de seguridad por esa administración, estigmatizada por la violencia.

El motivo es la publicación de su libro Historia del narcotráfico en México, primero en el cual un funcionario de alto nivel del gobierno calderonista sale a explicar, a toro pasado, las razones de su actuación. "Quedamos a deber esta explicación de por qué emprendimos esta lucha y cómo estaba diseñada la estrategia de seguridad".

Socio del Grupo de Economistas y Asociados (GEA), empresa de consultoría muy cercana a la candidatura presidencial de Calderón en 2006, salió de ahí para dirigir el Cisen. En el último año del gobierno de Calderón fue becado por la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo, de la Secretaría de Relaciones Exteriores, para escribir el libro en España con apoyo de la Fundación Ortega y Gasset.

En entrevista el jueves 3 en las oficinas del grupo editorial español Santilla-na, el exdirector del Cisen pone reservas a la creación de la Gendarmería Nacional, a la desaparición de la Secretaría de Seguridad Pública y a la concentración de la Policía Federal (PF) en la Secretaría de Gobernación, medidas tomadas por el gobierno de Peña Nieto.

Justifica en cambio la "apuesta estratégica" de seguridad del gobierno anterior; niega que éste haya improvisado y que el gabinete de seguridad se hubiera dividido o subordinado a Estados Unidos.

Si bien rechaza que una "supuesta falta de legitimidad" haya impulsado a Calderón a declararle la "guerra al narcotráfico", admite que el tema de la seguridad "estuvo durante todo el sexenio muy politizado y partidizado". Es más: "En muchas ocasiones fue un diálogo de sordos. Ni la otra parte oía al gobierno ni el gobierno a la otra parte".

En ese debate, donde "cada quien oía lo que quería", el calderonismo no se movió. Tampoco sus detractores, quienes le atribuían a su estrategia los altos índices de violencia en el país que hicieron que durante ese gobierno Ciudad Juárez se convirtiera en la más violenta del mundo por las disputas entre los cárteles de Juárez y Sinaloa.

"El incendio ya estaba"

Las propias cifras oficiales ubican en alrededor de 70 mil los muertos relacionados con...

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