Les cambia el tacón

Los luchadores del bando técnico que se suben al ring, todo aquel que se atreve a pararse sobre un tatami y hasta los zapatos rotos tienen un enemigo en común, cuyo nombre es Espectrito.

No sólo ha dedicado 18 años de su vida a la lucha libre, el espíritu verde también alterna la práctica del taekwondo con su labor como reparador de calzado en un taller de Iztapalapa.

La primera disciplina aprendida fue el taekwondo y todo gracias al legendario Bruce Lee.

"Sacaban mucha publicidad y películas de Bruce Lee. Nos gustaba ir al cine con los amigos y salíamos echando patadas. Por lo económico no se podía acercarse a una escuela, cobraban muy caro. En el centro social José María Pino Suárez nos metimos, pagamos una credencial y ahí había actividades; decidí por el taekwondo", relata.

La segunda faceta, la de reparador de calzado, llegó por necesidad, justo cuando decidió formar una familia.

"Me caso a los 17, 18 años y tuve que trabajar. Entré boleando, haciendo mandados, me mandaban a comprar material, a la costura. Mi sueño fue tener un taller, fue mi objetivo y cuando tenía 25 años lo logré", presume.

"Cuando entró el Libre Comercio bajó mucho el comercio...

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