Cambiemos el futuro

AutorAgustín Basave

El año que termina -acaso la década- es uno de esos espasmos de rebeldía pesimista. Recientemente hubo dos, en 1848 y 1968, con Spengler en medio. Los optimistas se topan con una resaca de indignación. Algo extraño ocurre en esos momentos históricos que hace que el deslumbrante mundo que presumen las élites, siempre mejor que los anteriores, resulta de pronto repulsivo para las mayorías. La desigualdad en alguna de sus manifestaciones es la constante. No deja de ser paradójico, por cierto, que antes de internet haya habido movilizaciones sorprendentemente afines en lugares inconexos mientras que hoy las protestas globales estén desarticuladas.

Supongo que la ciencia y la tecnología progresan de manera rectilínea. Ambas dependen de acumulación de conocimiento y, sobre todo, se apoyan en descubrimientos e invenciones que de manera creciente sofistican los medios de experimentación, los que a su vez catalizan la inventiva. La literatura, la música y las artes plásticas funcionan de otro modo, y por eso su desarrollo suele ser cíclico u ondulante. Pero hay algo en lo que el avance es más cuestionable, y es el talante moral de los seres humanos. Hay quienes dicen que el ascenso es primor-dialmente ese, el paso de la barbarie a la civilización. Por citar un ejemplo reciente, Pinker (The Better Angels of our Nature) sostiene que la violencia ha disminuido, que los habitantes del planeta Tierra somos ahora menos violentos que nunca. Con todo, aún si dejamos que la intuición se allane ante la evidencia empírica de esa obra, cabe preguntar si las atrocidades de la segunda guerra mundial son menos graves que las que les precedieron. ¿De verdad existe hoy más respeto por la vida que ayer?

A muchos nos será difícil creerlo. Los mexicanos, que vivimos asediados por un salvajismo criminal que ha llegado a los peores niveles de degradación e inmoralidad, diríamos que no. Y yo dudo mucho que las crueldades perpetradas en niños y demás personas inocentes -secuestro, trata, masacres, feminicidios y un pavoroso etcétera- palidezcan ante lo que sucedía en las épocas más oscuras de la historia. ¿Los estadunidenses pueden en ese sentido situarse en un estadio evolutivo superior con todo y asesinos seriales o tiroteos que cotidianamente matan a mansalva a menores de edad en las escuelas? ¿Nuestras sociedades pueden, con...

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