El camino a "Proceso" y sus cuarenta años

AutorJorge Munguía Espitia

Habló también de la detención de varios estudiantes. Cuando terminó, sus compañeros pasaron con botes a recoger el apoyo económico. Mujeres y hombres sacaron monedas y billetes y los depositaron en las latas; algunos pasajeros les dieron palabras de aliento, les pidieron no ceder ante las arbitrariedades del gobierno.

Al día siguiente esperé el periódico y leí que había sido atacada la Preparatoria 1 con una bazuca, que destruyó la centenaria puerta principal. A partir de ese momento mis fuentes de información fueron los estudiantes que escuchaba en los camiones o en el mercado de Mixcoac y el diario Excélsior. Ediciones fundamentales fueron las de los días posteriores al 2 de octubre, porque desaparecieron los activistas en las calles y el fervor olímpico desvió la atención. Aunque regularmente leía algunas noticias y las opiniones de los editorialistas. No las entendía, por lo que pedía a mi padre que me las explicara.

Adquirí el hábito de la consulta periodística que me causaba serias confusiones porque en otros periódicos (Novedades, El Universal), en la radio y la televisión se informaba sobre los sucesos de manera muy diferente a la de Excélsior. Además, se calumniaba a este diario y a sus periodistas en esos medios de tener oscuros lazos con el comunismo o de ser tendenciosos. No me lo parecía porque había averiguado sobre algunos de sus articulistas que eran personas honestas, como Daniel Cosío Villegas, destacado historiador; Juan José Hinojosa, recto político del PAN; He-berto Castillo, luchador inquebrantable de izquierda; Ricardo Garibay y Jorge Ibar-güengoitia, connotados escritores, y los caricaturistas Abel Quezada y Eduardo del Rio (Rius), quienes con sus caricaturas me mostraban un México diferente. Cómo adolescente la sociedad que yo veía en la vida cotidiana a través de los campesinos, obreros, estudiantes, amas de casa, maestros y burócratas aparecía descrita y dibujada en el periódico Excélsior.

Con los meses, mi visión del país fue cambiando a pesar de las promesas de reforma del presidente Luis Echeverría. Los articulistas cuestionaban la eficiencia de los cambios prometidos y en eso ocurrió otra matanza de estudiantes el jueves 10 de junio de 1971, realizada por el grupo paramilitar de Los Halcones. El suceso indignó a la gente, entre otras cosas gracias a la información, análisis y fotografías que aparecieron en Excélsior. Ante esto el presidente Echeverría ordenó investigar lo sucedido y, para no interferir, Alfonso Martínez Domínguez renunció como el regente de la ciudad. El gobierno no llegó a...

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