Caos en el panorama mundial

AutorOlga Pellicer

La situación anterior ocurre como resultado de diversos factores. El primero, el debilitamiento de la influencia de Estados Unidos en la política internacional. Cierto que su presencia militar, cultural y tecnológica está en todas partes. Pero a diferencia de otros momentos, como durante la Guerra de los Balcanes, cuando su voz definió el rumbo a seguir para terminar el conflicto, la Casa Blanca ha perdido lide-razgo. Las declaraciones del presidente Obama son titubeantes, dominadas por la convicción -reflejo del ánimo existente entre los estadunidenses- de que deben evitarse mayores compromisos de Estados Unidos en los problemas mundiales.

Como lo señala atinadamente Zbig-niew Brzezinski, exasesor de seguridad nacional del mandatario estadunidense, en entrevista reciente (El País 21/07), "estamos ante un mundo desencuadernado y sin líderes. Estados Unidos tiene que conformarse con intentar reducir, en cooperación con otros países, los riesgos que entrañan los nuevos desequilibrios internacionales".

Ahora bien, aun esos intentos moderados son infructuosos cuando el margen de maniobra es reducido por circunstancias internas y externas. La polarización de la sociedad estadunidense, acelerada desde la llegada al poder de Obama, tiene el efecto de dificultar la política exterior. Desde la negativa del Congreso a proporcionar fondos para hacer frente a la crisis humanitaria producida por los niños migrantes, hasta los ataques constantes a la negociación diplomática para llegar a un acuerdo con Irán, son ejemplos de la hostilidad en medio de la cual se mueve el presidente Obama. La cercanía de las elecciones intermedias, y, pronto, de las presidenciales, subordina las decisiones en materia de política exterior al efecto que puedan tener en el comportamiento electoral; el cortoplacismo y la irracionalidad son la consecuencia inevitable.

En el ámbito externo, los factores que limitan a Estados Unidos provienen de diversos frentes. En Europa, es difícil lograr una posición unificada ante los problemas de Ucrania dada la dependencia que en esa parte del mundo se tiene de los energéticos provenientes de Rusia. A pesar del dramatismo que acompaña el derribo del avión MH17 con 293 pasajeros, el rápido señalamiento de Obama respecto a las responsabilidades rusas no ha sido secundado por los europeos interesados en no profundizar el conflicto con Rusia; aducen, con razón, que antes de establecer acusaciones es necesario esperar los resultados de una...

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