La caravana migrante, desilusionada y diluida

AutorRafael Fernández De Castro M.

Las preguntas que flotaban en el aire el 12 de octubre, cuando se organizó la caravana en San Pedro Sula, Honduras, y el 19 de ese mes, cuando cruzó la frontera México-Guatemala, eran: ¿Se trata de un movimiento espontáneo?, o ¿se trata de una marcha organizada con móviles políticos?

La caravana es espontanea en la medida en que el perfil socioeconómico y lugares de origen de sus miembros son similares a los migrantes que transitan por nuestro país para intentar un sueño americano.

Según la encuesta que realizó El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), los miembros de la caravana son abrumadoramente del triángulo del norte centroamericano: 82% hondureños, 9.6% guatemaltecos y 7.3% salvadoreños. Menos de 2% son de otras latitudes. El 76.9% eran hombres, 23.2% mujeres. El grueso era joven. La mitad tienen entre 18 y 29 años. De escolaridad baja; 65% de hombres y mujeres sólo tenía seis años o menos. (Encuesta a 1,037 migrantes, 22 de noviembre, Unidad Deportiva Benito Juárez, Tijuana).

Como en otras ocasiones, las caravanas migrantes son organizadas inicialmente por grupos y líderes específicos. En esta ocasión había activistas políticos en Honduras que deseaban mandar un mensaje al presidente Orlando Hernández -el pueblo está huyendo despavorido de la pobreza y de la violencia.

Pueblo Sin Fronteras, organización no gubernamental basada en Chicago con tintes radicales pro defensa de los derechos de los migrantes, apareció una vez más para guiar a la caravana. En esta ocasión, y gracias a las redes sociales, no fueron cientos de participantes como suele ocurrir con las caravanas, sino poco más de 7 mil. También destaca que la propia caravana en su tránsito tuvo ciertos tintes de autogobierno. Por ejemplo, se prohibió que los varones bebieran en las noches y no dejaran dormir.

Al aproximarse a la frontera con Estados Unidos apareció un grupo importante de abogados estadunidenses empeñados en asesorar a los migrantes. Unos de buen corazón; otros con fines ambiguos.

La conformidad de México

Son tan cotidianos los abusos en territorio nacional contra los migrantes en tránsito, tanto de grupos criminales como de autoridades de los tres niveles de gobierno, que el gobierno federal "no tenía cara" para entrar en diálogo con la caravana.

La transición debilitó más a un gobierno endeble. El equipo de Enrique Peña Nieto no quería actuar, pues sentía que ya le tocaba al de Andrés Manuel López Obrador. Los funcionarios ya nombrados, pero aún no en...

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