La Carta Magna de la CDMX, en la mira de la Suprema Corte

AutorJorge Carrasco Araizaga

La Constitución Política de la Ciudad de México está en el limbo. De lo que aprobó la Asamblea Constituyente no se sabe lo que quedará: la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolverá una catarata de juicios constitucionales promovidos por dos poderes federales, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y hasta los partidos que la votaron.

La Presidencia de la República y el Congreso se sintieron invadidos en sus funciones, la Procuraduría General de la República (PGR) cuestionó la legalidad de gran parte de los derechos y obligaciones previstos para los ciudadanos de la capital del país, el Poder Judicial local se sintió trastocado, la CNDH se queja de que no aclara qué autoridad debe garantizar los nuevos derechos y Morena cuestionó la integración de lo que será el Congreso local.

Los reconocimientos a lo hecho por la Asamblea Constituyente acabaron en una simulación. Como la del propio jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, quien quiso pasar a la historia al "promulgar" la Constitución local en un acto que jurídicamente fue sólo de publicación.

Para esa ceremonia, Mancera escogió el 5 de febrero pasado, en el centesimo aniversario de la Constitución federal, una semana después de que el documento local fuera terminado por la Asamblea Constituyente.

El desacuerdo en torno a la Constitución capitalina prevalece hasta en quién debe contestar las impugnaciones, si la Asamblea Constituyente o la Asamblea Legislativa y Mancera. Por lo pronto, la Suprema Corte ya definió que estos últimos, aunque la decisión final aún puede estar por venir. La única certeza es que la Constitución Política de la Ciudad de México tiene que entrar en vigor el 17 de septiembre de 2018.

"Se ha querido desviar la atención porque Mancera quería promulgar. Para él era un acto simbólico, histórico. Hizo una ceremonia para aparentar que promulgaba, pero en realidad fue un acto de publicación", dice el abogado Javier Quijano Baz, integrante de la Asamblea Constituyente como parte de los constituyentes de Morena.

Expresidente de la Barra Mexicana de Abogados, miembro de la American Bar Association y exvicepresidente de la Union Internationale de Avocats, Quijano Baz abunda:

"Una Constitución no se manda a promulgar a nadie sencillamente porque no hay un Poder Ejecutivo". Venus-tiano Carranza no mandó a promulgar la Constitución de 1917 porque no había jefe del Ejecutivo. Él era jefe del Ejército Constitucionalista.

"El efecto de la promulgación es dar al Ejecutivo la posibilidad de veto y la Carta no se puede vetar porque la propia Constitución federal dice que nadie podrá oponerse a ella. Una vez emitida, será obligatoria para todos y nadie podrá oponerse. Entonces, lo que se hace es sólo publicarla."

Más que anecdótico, el señalamiento de Quijano es para explicar por qué Mancera no puede ser parte de las demandas ante la SCJN: "La publicación no tiene ninguna consecuencia jurídica. Ergo, el jefe de Gobierno no puede ser autoridad demandada".

Pero la Suprema Corte ya decidió lo contrario. El miércoles 22, el ministro Javier Laynez Potisek admitió a trámite la controversia constitucional del Senado en contra de la Constitución, el tercer recurso de su tipo. Los otros dos son de la Presidencia de la República y del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, que dijeron...

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