Casi utópico, su decálogo del cambio

AutorArturo Rodríguez García

La noche del 22 de abril, el tres veces candidato presidencial se vio mal. Evitó responder los cuestionamientos y las descalificaciones que todos los candidatos le hicieron, concentrándose en reproducir, efectivamente, las ofertas que a diario hacía en sus discursos de campaña.

Durante 12 años López Obrador fue depurando sus propuestas, resumiendo en frases breves su ideario y articulándolo con las tres versiones de Proyecto de Nación que en cada postulación presentó.

El 12 de diciembre se registró como precandidato de Morena a la Presidencia. No hubo acto protocolario ni entrega de documentos de registro, ni siquiera por la renuncia a la dirigencia del partido o la transferencia de ésta a Yeidckol Polevns-ky. Sencillamente, el presidenciable leyó un documento con 10 propuestas con las que se plantea cambiar a México.

Fue en realidad una ampliación de lo que expresa en sus discursos. Por ejemplo, en todos sus actos decía "al margen de la ley nada y por encima de la ley nadie". En el decálogo ampliaba: un auténtico Estado democrático de derecho, que el gobierno deje de estar al servicio de una minoría, respeto a garantías constitucionales y derechos humanos y acabar con los fraudes electorales, un asunto que ha sido el eje de todos sus mensajes desde que en los ochenta irrumpió en la vida pública.

En el mismo punto, planteó retomar los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos, para luego explicar la postura que repetiría a lo largo de este año respecto al gobierno de Estados Unidos: una relación de amistad y cooperación para el desarrollo pero sin admitir maltrato a migrantes ni actitudes racistas, he-gemónicas o prepotentes.

El segundo punto tenía que ver justamente con la corrupción, otro de sus ejes discursivos Y para entonces ya añadía, de manera más explícita, la moralización de la vida pública que más tarde se convertiría en la promesa de construir una constitución moral. Pero ante todo, el combate a la corrupción -como dijo ahí y en repetidas ocasiones- se basaría en el ejemplo.

En cada discurso expresaba que "cortaría el copete de privilegios", lo que incluía eliminar fueros, hacer punible al presidente, bajar "los sueldos de los de arriba y aumentar el sueldo de los de abajo", es decir, aumentar las percepciones de la burocracia.

El tercer punto se enfocaba en la descentralización del gobierno, pero anticipando que daría facilidades para que los trabajadores al servicio del Estado pudieran cambiar su lugar de...

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