La CDMX, una ciudad desbordada

AutorSara Pantoja

El sonido de la trompeta compite con el del tambor. El solista, de sombrero norteño, canta Que no puedo vivir sin tiiii... Algunas parejas bailan, pegaditas, sin cubrebocas en medio de la noche. La fiesta se efectuó el 28 de octubre en la calle Villa Franqueza, colonia Desarrollo Urbano Quetzalcóatl, en la alcaldía Iztapalapa, una de las 14 demarcaciones que dos días antes el gobierno de Claudia Sheinbaum clasificó como "de atención prioritaria" por el alto número de contagios de covid-19.

Ajenos al peligro, los asistentes se divierten: unos bailan; otros, sobre todo adultos mayores, celebran sentados, cerveza en mano, frente al grupo que toca en honor a San Juditas Tadeo.

Ahí, ese día, ninguno atendió la reiterada advertencia de Sheinbaum de que "aún no es tiempo de hacer fiestas". Por su actuación, parece que no les preocupaba sumarse a la lista de los más de 159 mil 680 casos acumulados o las 15 mil 47 defunciones confirmadas por el virus SARS-Cov 2 en a CDMX, según el corte del 29 de octubre.

A la lista de los primeros se unió la man-dataria morenista el día 27, cuando informó que su examen resultó positivo al virus, por lo que decidió trabajar desde su casa en la alcaldía Tlalpan, con síntomas leves.

A ocho meses del inicio de la pandemia y con 18 semanas en semáforo epidemiológico en naranja y siete "alertas" por incremento de hospitalizaciones en la CDMX, el relajamiento ciudadano y la decisión de resignarse a la suerte o a "lo que Dios diga" complica el destino sanitario y los contagios se multiplican en la capital mexicana.

"Vale más la fe, ¿no?" -dice una joven de unos 20 años, con el cubrebocas mal colocado, que sujeta con firmeza su figura de San Judas Tadeo, como si su fervor le garantizara inmunidad ante el covid-19, entre las más de 6 mil personas -según cifras oficiales- que el 28 de octubre asistieron a la veneración del patrón "de las causas difíciles" en la iglesia de San Hipólito.

Ironías del destino: muchas de esas personas acudieron al templo precisamente a pedir por la salud de sus familiares hospitalizados, víctimas de la pandemia.

La aglomeración de devotos puso en tal aprieto al gobierno de Sheinbaum y a las autoridades eclesiásticas, que ya analizan el cierre de la Basílica de Guadalupe los próximos 11 y 12 de diciembre, para evitar la llegada de los más de 8 millones de peregrinos que acuden al templo mariano cada año desde distintos puntos del país.

Riesgo "exclusivo"

A finales de mayo, cuando se vivió el punto más alto de contagios...

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