CDMX: Un gentilicio para una ciudad-estado

AutorPatrick Johansson K.

Numerosos son los atributos y rasgos carismá-ticos que confieren una identidad a una colectividad y la distinguen de otras. Entre éstos figuran sin duda el lugar que habitan los individuos que la componen, ya sea una urbe o un país, y la lengua que hablan o la forma particular de expresarla. El nombre del lugar o topónimo determina generalmente el gentilicio correspondiente a los que ahí viven.

El gentilicio es frecuentemente la derivación gramatical del topónimo, al cual se añaden a veces apodos con matices diversos que complementan la denominación oficial. Tomemos tan sólo como ejemplo los habitantes de Mexicali, cuyo gentilicio oficialmente reconocido es mexicalenses, pero quienes se autoidentifican como "cachanillas", nombre de la planta aromática que crece en la región.

Sin llegar a alturas ontológicas, podemos decir que el atributo gentilicio del verbo ser, en términos de pertenencia a una colectividad, tiene un valor esencialmente identitario. El caso de la Ciudad de México es particular, ya que no sólo el gentilicio de los habitantes sino también el nombre mismo de la urbe han sido objeto de disensiones y divergencias por ser también el nombre de la nación que la entraña. Hoy, en un momento en que el estatuto jurídico de la capital del país está cambiando, cuando el distrito (anónimamente) federal está a punto de convertirse en un estado, el nombre de la ciudad y el apelativo genérico de sus residentes se vuelven más significativos.

México: la ciudad y el país

México, como país, se arraiga en la Ciudad de México como el tunal donde se posó el águila in illo tempore en la tierra lodosa de una isla y en el corazón de Cópil. La homo-nimia entre la patria y la ciudad, si bien genera una ambigüedad en ciertos contextos, tiene una razón histórica de ser.

México fue antes que nada la ciudad-nación de los mexicas, situada en el corazón lacustre del Valle de Anáhuac. El ojo de agua (mexco) que estaba al pie de un tunal (tenochtli) fue la dimensión hierofáni-ca (manifestación de lo sagrado) en la que se sumergió Axoloa y donde se le apareció Tlaloc, quien le reveló que ahí reinaría él "con su hijo Huitzilopochtli" (Códice Aubin, fols. 24v-25r). El águila que se posó sobre el tunal completó la gesta fundacional de lo que sería México-Tenochtitlan. Es asimismo en este lugar que se implantó el orden socio-político colonial después de la conquista.

Por otra parte, si consideramos la imagen emblemática que figura, desde el 2 de noviembre de...

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