Los celos fueron su perdición

Los celos y el abandono de su pareja hicieron que Juan Segundo, de 36 años, se transformara totalmente en el último mes de su existencia.

Aunque parecía convencido de seguir adelante, ese domingo decidió dar el punto final y se colgó a un lado de sus dos hijos.

Aún queda la indignación de los vecinos, luego de que ninguna autoridad les hizo caso a los llamados de auxilio que hicieron el sábado 28 de marzo, cuando recibieron el último aviso de la muerte que habitó durante varias horas el departamento C-1, de la unidad habitacional marcada con el número 129, en la Calle República de Costa Rica, en el Centro.

Ninguno, de los que desde la infancia conocieron a Juan Segundo podían creer lo que ocurrió.

3El pueblo quedó atrás

"El fue el octavo de nueve hermanos y hace 15 años que salió de San Pedro de los Baños, -poblado ubicado entre Toluca y Atlacomulco, sobre el kilómetro 115 de la carretera México-Querétaro, vía Toluca-, era un muchacho alegre, lleno de vida, que quería dejar atrás su vida de agricultor y en ese momento tenía una ilusión: conquistar la Ciudad de México", relató su primo Francisco Segundo.

El hombre, de aproximadamente 50 años de edad, recuerda que su familiar toda la vida luchó por superarse y aunque sólo tenía tiempo para trabajar, en los últimos años terminó sus estudios de secundaria en una escuela nocturna.

"Lo que siempre quiso fue que sus hijos estuvieran bien, al principio fuimos vecinos en un predio de la Calle Comonfort, en la Colonia Morelos, pero después se hizo de su departamento y ya lo había terminado de pagar, los procuraba junto a su mujer, porque los quería mucho.

"Incluso enfrentó como buen padre el problema de su hijo mayor, quien recibió terapias por el Síndrome de Down y también apoyo en la decisión del más pequeño para sólo terminar sus estudios de primaria y ayudarlo en el comercio.

"Su problema es que era muy celoso y yo pienso que eso lo llevó a la tumba", narró el familiar.

Aunque sus padres Florencio Segundo Encarnación, campesino y su madre Francisca González, ama de casa, le inculcaron la religión católica, Juan no acostumbraba visitar las iglesias del barrio, pero eso no quería decir que hubiera perdido sus creencias, pues el año pasado fue al pueblo para que sus dos hijos, Víctor y Sergio, hicieran la primera comunión, detalló su primo.

Primer aviso

En los 12 años que vivió en el departamento, los vecinos sabían que era una persona responsable y emprendedora, gustaba de organizar las mejoras de...

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