Cenizas e incógnitas

En tres años, la cantidad de cadáveres sin identificar que llegan a la cremación a cargo del Estado aumentó un 198 por ciento, de acuerdo con estadísticas del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses.

De acuerdo con el organismo, en la Zona Metropolitana de Guadalajara fueron incinerados en 2010 un total de 57 cuerpos, mientras que en 2011 la cifra aumentó a 115.

En el 2012 sumaron 170 los cadáveres llevados que fueron llevados al crematorio de la Calle Belén y hasta el 12 de junio de este año la cuenta iba en 42.

Eduardo Mota Fonseca, coordinador del Servicio Médico Forense, comentó que cuando el cuerpo sin vida de una personas es levantado de vía pública sin una pista de su identidad, tiene que pasar un proceso especial.

"El cadáver ingresa ya con ese estatus jurídico de no nombre o 'NN', posteriormente, el Ministerio Público a sugerencia del médico forense, le recomienda que se hagan los estudios pertinentes", comentó.

A los restos se les practica una necropsia médico legal, orientada con fines identificatorios, que consiste en tres puntos básicos.

Primero es la Inspección externa, que sirve para identificar rasgos particulares como malformaciones congénitas o adquiridas, tatuajes, cicatrices y realizar una una media filiación.

Después se identifican las causas de la muerte y finalmente se lleva a cabo un cronotanatodiagnóstico, es decir, un examen en el que se establece cuándo ocurrió el deceso.

A los cadáveres también se les toma fotografías y se les realizan dos fichas, una con el registro de sus huellas digitales, y otro con características odontológicas de la víctima.

Todos los elementos sirven para una eventual...

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