La censura franquista en los textos de Octavio Paz

AutorAlejandro Gutiérrez

MADRID.- El formulario que aplicaba la censura en los años de hierro de la dictadura de Francisco Franco nunca cambió: "¿Ataca el dogma? ¿A la moral? ¿A la Iglesia o sus ministros? ¿Al régimen y a sus instituciones? ¿A las personas que colaboran o han colaborado con el régimen? ¿Los pasajes censurables califican el contenido total de la obra?"

Éstas eran las preguntas a las que debían dar respuesta en sus informes los funcionarios de la Dirección General de Propaganda y de la Dirección General de Cultura Popular del Ministerio de Información y Turismo, quienes revisaban toda publicación que circulara en España durante la Guerra Civil y hasta 1976, un año después de la muerte del dictador.

A estos censores franquistas les distinguía su celo desmedido, que llegaba al servilismo hacia el régimen. Muchos de ellos eran religiosos o literatos frustrados cargados de prejuicios en su trabajo, como demostraron con la obra del escritor mexicano Octavio Paz.

Quien en 1990 se convertiría en Premio Nobel de Literatura era visto por el régimen como enemigo por su participación en el Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, celebrado en Valencia en 1937.

Ésta fue una iniciativa reivindicativa de los escritores españoles de corrientes antifascistas ante los militares golpistas, realizada en plena Guerra Civil.

Paz escribió que el Congreso fue "un acto de solidaridad con unos hombres empeñados en una lucha mortal contra un enemigo mejor armado y sostenido por poderes injustos y malignos. Unos hombres abandonados por aquellos que deberían haber sido sus aliados y defensores: las democracias de Occidente".

"Versos oscuros"

Trece años después del encuentro en Valencia, en julio de 1950, la compañía Editora y Distribuidora Hispano Americana S. A. (EDHASA) solicitó al gobierno dictatorial el permiso para distribuir 200 ejemplares de Libertad bajo palabra, obra ya publicada en México.

Tras revisarla bajo el tamiz del formulario citado, el censor Pedro de Lorenzo escribió un informe de seis páginas en el que señaló que en la obra había "frases o expresiones obscenas, otras irreverentes".

Un censor más, el eclesiástico Andrés de Lucas, alcanzó mayor contundencia en sus conclusiones: "Versos oscuros y estúpidos con algunas expresiones equívocas. Creo, sin embargo, que puede autorizarse por el escaso número de lectores que leerán estos engendros".

Son 14 los informes sobre distintos libros de la obra del mexicano que se exhibieron en el Archivo General de la Administración (AGA), en Alcalá de Henares (España), en 2014, con motivo del centenario de su nacimiento. A partir de ellos, Jesús Cañete Ochoa, investigador de la Universidad de Alcalá y comisario de la exposición, escribió el ensayo Octavio Paz: guerra, censura y libertad, en el que...

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