Centenario de Leonard Bernstein (1918-1990)

AutorSamuel Máynez Champion

NUEVA YORK.- Como puede suponerse, las celebraciones para honrar la memoria del célebre director de orquesta Leonard Bernstein, educador, escritor, pianista y compositor estadunidense arrancan precisamente aquí, con emisiones radiales, conciertos con la New York Philharmonic y con la edición de libros sobre su figura y su obra.

Huelga decir que Bernstein está considerado como un ícono en la cultura norteamericana, y que su legado merece las recordaciones en acto y la intensa actividad que se ha organizado con meses de antelación. Como dato de interés, Bernstein mantuvo una relación estrecha con México -allende lo previsible-y de ahí partimos para justificar la escritura de este texto.

Mas comencemos trazando los rasgos principales de su biografía. Bernstein, sin lugar a dudas, fue el primer director de orquesta estadunidense en alcanzar fama internacional y titular de la filarmónica de esta urbe de hierro durante cuatro décadas, proeza de enorme relevancia dada la calidad musical -está considerada como la preeminente de la Unión Americana-, y el grado de excelencia que sus miembros le demandan a quien osa dirigirlos. Muchos críticos escribieron que fue el talento más prodigioso nacido en los Estados Unidos de América después de George Gershwin.

Con respecto a las condecoraciones, nominaciones y grados honoríficos de los que fue acreedor, bástenos mencionar los más importantes ya que son el reflejo nítido de su prominencia: Caballero de la Gran Cruz de la Orden al Mérito, tanto de la República italiana, como de la federal alemana, medalla de oro por los servicios prestados a la República de Austria, miembro de la Academia Estadunidense de las Artes y las Ciencias, ganador de dos premios Grammy (el anual y el de la trayectoria artística), del premio Kennedy, de la medalla de oro de la Royal Philharmonic Society del Reino Unido y del premio Léonie Sonning de Dinamarca.

Sobre sus años de formación hemos de apuntar que no fueron muy tersos, pues su padre, un comerciante judío nacido en Rusia y afincado en la pequeña ciudad de Lawrence, Massachusetts, no estaba de acuerdo en que se dedicara a la música. En sus vislumbres, debía hacerse cargo de la tienda de artículos para el cabello que les daba para vivir. No obstante, Leonard encontró la complicidad de su hermano mayor, quien lo llevaba a todos los conciertos que se ofrecían en la ciudad. Asimismo, jugó a su favor el hecho de que a su hermana se le impartían clases de piano con el instrumento...

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