Cerebro y música, un bis necesario

AutorSamuel Máynez Champion

Acorde con lo enunciado y con las tesis sostenidas por las neurociencias, el cerebro de los seres proto humanos pudo haber evolucionado gracias a la influencia que la música ejerció en sus facultades cognitivas y psicomotoras. Mencionamos a ese respecto a Darwin quien, además, fue tajante al postular su teoría sobre el nacimiento de la música. En su libro El origen del hombre y la selección (natural) en relación al sexo, anotó:

"Concluyo que las notas musicales y el ritmo fueron adquiridos primero por los progenitores, macho o hembra de la raza humana, con el fin de seducir a su sexo opuesto."

Huelga aclarar que con esta sentencia el naturalista posó la primera-y quizá la más plausible- hipótesis sobre el origen de la "configuración de lo invisible" -Da Vinci di-xit- como peldaño evolutivo para que el homínido lograra desarrollar su lenguaje verbal, amén de que las observaciones de innumerables especies lo ratifican. Recordemos a los pájaros lanzándose en acrobacias aéreas y elaborados trinares como elemento funcional del cortejo amatorio e imaginemos al homo erec-tus gruñendo algunos sonidos mientras se percutía el tórax para impresionar a las hembras. El coito sería entonces el imperativo orgánico de la reproducción y para eso sobraban las palabras. Hecho que, visto en retrospectiva, no ha perdido validez: ¿Cuántas veces vemos a los actuales homínidos exhibirse en primitivas demostraciones musicales para allegarse

A Sergio Ortiz, con sonoros reconocimientos los favores carnales de alguna rupestre doncella?

En el caso concreto de Darwin y su relación con la música, cabe decir que ésta fue insospechadamente estrecha, al grado de ayudarlo en su propia postura evolucionista. Diversos estudiosos de su obra afirman que merced a su contacto cotidiano con ella-se maridó con una destacada pianista que recibió lecciones de Chopin y Moscheles-, se disiparon algunas incógnitas de su trabajo. Ponía a tocar a su mujer el piano para analizar las reacciones de cuanto animal tuviera a la mano para determinar su nivel evolutivo. Se sabe que con respecto a las lombrices, llegó a la conclusión de que eran sordas. También pudo captar, observando los mecanismos hereditarios, cómo el talento musical de su consorte se había transferido, en diversos grados, a su cuantiosa prole. Tuvo diez hijos y todos recibieron educación musical; sin embargo, la niña Annie fue quien mostró la mayor disposición para el piano, al punto que Darwin anotaría:

Si suponemos que...

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