Cero emisiones: El viaje de Greta

"¡Navegamos bajo el sol al norte de las Azores (islas portuguesas)!", tuiteó ayer Greta Thunberg, de 16 años.

La activista sueca, quien se volvió destacada figura en las huelgas estudiantiles realizadas en su país contra el calentamiento global, realiza un histórico viaje por el Atlántico a bordo del Malizia II, un yate de carreras que utiliza energía solar.

Fiel a su cruzada por el medio ambiente, rechazó tomar un vuelo porque la aviación deja una huella de carbono enorme. Ella quiere un viaje con "cero emisiones".

La nave partió el pasado 14 de agosto de la Mayflower Marina en Plymouth, Reino Unido. Como cualquier adolescente, documenta su travesía en redes sociales. Su destino es Nueva York, ciudad a la que se estima llegará en dos semanas.

"A 100 millas náuticas al oeste de Cabo Finisterre (España). Una noche muy accidentada, pero dormí sorprendentemente bien. ¡Unos delfines aparecieron y nadaron con el bote anoche!", escribió en Twitter el jueves pasado.

El viaje de Greta es seguido por miles de personas. La adolescente retuiteó un video sobre su partida, que ya suma más de 740 mil vistas. Además, sus publicaciones diarias llegan a los más de 50 mil likes, algunas incluso superan los 150 mil.

El arranque del viaje lo reportó The New York Times: Greta portó traje náutico y botas negras. "Unite behind the science" (unámonos en apoyo a la ciencia) rezaba el logotipo en su traje y en la vela mayor del yate.

Realiza este recorrido épico tras ser invitada a participar en las conferencias climáticas de la ONU, en septiembre.

El Malizia II es un velero de 18 metros de eslora y cabina de mando abierta. Ha hecho muchos recorridos marítimos, pero nunca con una adolescente a bordo.

Las condiciones en su interior son austeras: no hay un sanitario ni mucha luz en el camarote de Greta. Además no tendrá mucho acceso a internet, un reto particularmente difícil para una chica con más de 871 mil seguidores en Twitter.

Y aunque dijo que anhelaba viajar sin lujos y estar "tan limitada", admitió sentirse algo nerviosa.

Hay un teléfono satelital a bordo, por lo que puede enviar fotos y mensajes de texto desde su viaje a amigos que los suben a sus cuentas de redes sociales.

Ir al baño significa caminar a la parte trasera del bote con una cubeta. Su agua potable proviene de una pequeña máquina desalinizadora que trata el agua de mar.

"Al hacer esto, también muestras lo imposible que es vivir de manera...

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