Se fue Cervantes, quedó el desastre

AutorPatricia Dávila

Ante su fracaso por convertirse automáticamente en el primer fiscal general de la República después de un año como procurador general de la República, Raúl Cervantes Andrade se vio obligado a dejar el cargo.

Durante su gestión no avanzó ninguno de los grandes casos que tienen al Estado mexicano en la mira internacional, en los cuales se investigan excesos cometidos por corporaciones federales: Nochixtlán, Tlatlaya, Apatzingán, Ayotzinapa... También está pendiente lo relativo a los exgobernadores acusados de desfalcar sus estados.

Uno de los grandes conflictos fue interno: Los cambios que realizó en la Dirección de Servicios Periciales para dejarla en manos de sus allegados, lejos de resultar benéficos ocasionaron que se obstruyeran las investigaciones.

Otro punto en su contra es que permitió que recursos destinados a los ministerios públicos para la realización de investigaciones fueran desviados y cobrados por personal que no tiene injerencia en las indagatorias, según se indica en una denuncia que personal ministerial interpuso ante la Visitaduría de la Procuraduría General de la República (PGR) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

Es más, el entonces procurador ignoró las denuncias que agentes federales llevaron a la misma Presidencia de la República, en las que aseguraron que eran víctimas de represión y que los obligaban a trabajar en condiciones que los "llevaban al matadero" y de "ponerlos" prácticamente en manos de los grupos de la delincuencia organizada.

El bloqueo pericial

Cuando ocurrió la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, en septiembre de 2014, la coordinadora general de los Servicios Periciales de la PGR era Sara Mónica Medina Alegría, quien fue señalada como una de las autoras de la "verdad histórica" presentada por el entonces procurador Jesús Murillo Karam.

En su lugar llegó Jorge Alberto Zúñiga Malvárez, quien, en casi siete meses en el cargo, no hizo cambios sustanciales en la unidad administrativa encargada de auxiliar al Ministerio Público de la Federación y mantuvo en sus puestos a la gente de Medina Alegría, quien gracias a ello mantuvo el control de esa área.

En diciembre de 2016, a raíz del nombramiento de Cervantes como procurador, Anselmo Apodaca Sánchez asumió la Coordinación General de Servicios Periciales. A su llegada advirtió que haría cambios de fondo en la estructura del área "para que estuviera a la altura de las...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR