Cinco años prófugo

AutorAnabel Hernández

Desde 2010 exhibe su nombre y rostro junto a los de narcotraficantes como el líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, o Miguel Ángel Treviño, jefe de Los Zetas.

Prófugo desde el sexenio de Felipe Calderón, Jiménez concede una entrevista a Proceso. La cita se concretó por medio de diferentes contactos y al lugar elegido Jiménez llega casi disfrazado y con un paquete de papeles oficiales que documentan la historia que narra.

El exagente de la SIEDO y exintegrante de la Unidad de Investigaciones Sensibles (SIU) de la DEA revela que tres de los acusados en la fallida Operación Limpieza-él, Antonio Mejía Robles y Jorge Alberto Zava-la Segovia- habían sido certificados por la agencia antinarcóticos de Estados Unidos, para la que trabajaban.

Los tres, señala, eran parte del equipo de Miguel Colorado, coordinador general técnico de la SIEDO, y del titular de la sub-procuraduría, Noé Ramírez Mandujano, y corrieron la misma suerte que sus jefes. Reclama la traición de la DEA y de la PGR. Afirma que pese a los múltiples exámenes de confianza, los cursos de capacitación, el constante monitoreo de la embajada de Estados Unidos y los rastreadores que la agencia antinarcóticos estadunidense los obligaba a portar durante las operaciones de la SIU, para aquéllas "valieron más los testimonios falsos de unos criminales".

"Valió más la declaración de tres exmilitares confesos de trabajar para el crimen organizado -Fernando Rivera, Roberto García y Milton Cilia- para perseguirnos como criminales cuando sabían, ¡lo sabían!, que estábamos limpios", señala con amargura.

De los tres agentes que trabajaban para la DEA sólo él escapó de las órdenes de aprehensión giradas en agosto de 2008. Zavala y Mejía fueron detenidos y encarcelados ese mismo año.

Bastó que un testigo protegido se refiriera a un agente federal apodado Pinocho para que después todo se hiciera cuadrar en su contra. Las acusaciones contra Jiménez son casi una réplica de las fabricadas contra el exzar antidrogas Ramírez Mandujano, absuelto el pasado abril y liberado después de cuatro años de cárcel.

En septiembre de 2007 ante la DEA y en julio de 2008 ante la SIEDO, el testigo protegido Roberto López Nájera, Jennifer, sólo acusó a los exmilitares Rivera, García y Cilia de trabajar para el crimen organizado. A nadie más.

En agosto de 2008 los tres exmilitares, antiguos integrantes del Grupo Aeromó-vil de Fuerzas Especiales del Ejército (GAFE), fueron detenidos y casi inmediatamente se...

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