A cinco años de la visita de Francisco, la Iglesia sigue inerte

AutorBernardo Barranco V.

Los obispos carecen de dos factores básicos: proyecto y carisma; dicho de otra manera: un ideal histórico de pastoralidad y liderazgo en la sociedad. En este siglo XXI la pandemia de covid-19 ha mermado severamente sus ingresos y hay diócesis en bancarrota. Continúan los escándalos de encubrimientos y pederastía que han lacerado su imagen y respetabilidad.

Hay una profunda desunión entre los obispos y en las principales arquidiócesis están enfrentados bandos clericales, lo que ha tenido repercusiones políticas como las observadas en las arquidiócesis primadas de la Ciudad de México y de Guadalajara. Son cuatro los cardenales que encabezan las castas clericales antagónicas. El panorama no puede ser más desolador. Dicha circunstancia católica se reñeja, dramáticamente, en los resultados del último censo, que registran una caída inexorable de los católicos a 77.7%.

Hace justo cinco años el Papa Francisco visitó México, del 12 al 17 de febrero de 2016, con la finalidad de animar a la Iglesia mexicana. Con sus mensajes, gestos y silencios el pontífice argentino se propuso alentar y vigorizar una Iglesia estancada y un episcopado entumecido. Justo a cinco años de la visita de Francisco a México la pregunta correcta no es qué han hecho los obispos con las orientaciones del Papa, sino ¿por qué no han hecho nada? ¿Por qué se ha silenciado el regaño de Catedral, la mejor radiografía sociológica de los obispos mexicanos? ¿Cuáles son las razones por las que la Iglesia mexicana no ha acatado las orientaciones pastorales del Papa? ¿Por qué casi todos guardan olvido a una visita que los interpeló profundamente?

Recordemos que la visita del Papa a México tuvo claroscuros. Muchas expectativas quedaron frustradas en materia social. Haciendo memoria, los posicio-namientos del pontífice fueron muy genéricos. El Papa Francisco decepcionó a muchos por no haber accedido a encontrarse con los familiares de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, por no haber abordado con mayor firmeza los feminicidios ni haberse pronunciado en suelo mexicano sobre la pederastía clerical. El gobierno de Peña Nieto ya registraba niveles muy bajos de aceptación.

Francisco había creado muchas expectativas por sus posturas críticas en materia social. Venía de haber publicado la encíclica Laudato Si y de haber pronunciado un discurso vehemente contra el neoliberalismo en Bolivia, en torno a los movimientos sociales. Sin embargo, era claro que el Papa no iba a venir con discursos...

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