Cincuentenario del tratado bilateral de cooperación México-Estados Unidos. Primera parte

AutorJorge Sánchez Cordero

Sin mencionar su cargo, Mijangos se hizo acompañar de Adelina Díaz-Zambrano, responsable de la biblioteca del instituto, para cerciorase de la existencia y las características del lote, muchas de cuyas piezas de alto valor estaban protegidas con légamo y paja. A pregunta expresa de Mijangos, Rodriguez contestó sin sonrojo que provenían del contrabando; la colección mayor estaba resguarda en Calexico, sede de las operaciones ilícitas. Más aún, narró que tenía cinco brigadas ubicadas en las zonas arqueológicas mexicanas.

Los precios asignados por Rodriguez a las figurillas ofertadas oscilaban entre 5 mil y 20 mil dólares, y éste argüía que el precio se había incrementado en razón de los efectos del Tratado de Cooperación entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América de 1970, que dispone la recuperación y devolución de bienes arqueológicos, históricos y culturales robados (el Tratado). México alertó a la Oficina Federal de Investigaciones estadunidense (FBI), que fraguó una operación encubierta a cargo del agente John McGauley, quien actuó con el seudónimo de Mr. Dooley.

A su vez Mr. Dooley reclutó a Travis Benkendorfer para infiltrarlo en la organización y fungiera como informante. En febrero de 1974 Benkendorfer, bajo el seudónimo de Mr. Benks, contactó a una traficante de bienes culturales, Ada Simpson, y le mostró un gran interés en adquirir objetos sustraídos ilícitamente de México, sobre todo piezas precolombinas.

Para darle credulidad a su dicho, Benkendorfer le comentó a Ada Simpson que sus referencias se las había proporcionado la mafia estadunidense en Long Island. La mujer le comentó que su esposo, William Clark Simpson, y su socia Patty McClain esperaban un cargamento importante de bienes precolombinos, pero añadió que el transporte había tenido un contratiempo, ya superado, antes de cruzar la frontera. Ada llegó a ofertarle una estela maya de más de tres toneladas.

En marzo de 1974 McGauley y Benkendorfer se hospedaron en el hotel Holiday Inn de San Antonio para cerrar el trato. Agentes encubiertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México verificaron la autenticidad del lote. En el curso de las negociaciones, los traficantes les ofrecieron una importante colección, integrada por Clive Hollinshead, en la que sobresalía una estela maya de gran importancia.

El agente de la FBI entró en tratos con Rodriguez, quien también fungía como estafetero de la mercancía y les solicitó a sus cómplices t

William Clark Simpson y Mike Bradshaw que le mostraran a McGauley toda la colección ubicada en Los Ángeles, cuyo precio ascendía a 850 mil dólares, para lo cual convinieron en reunirse en esa urbe. El 6 de marzo de 1974 todos estos sujetos fueron arrestados en San Antonio y Los Ángeles, lo que puso al descubierto una de las organizaciones más eficaces de tráfico ilícito de bienes...

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