Clásico de pasión, presión y nervios

MÉXICO.- Miguel Herrera siempre encuentra la forma.

Durante 70 minutos contra las Chivas, el América del "Piojo" se colocó en un escenario irreconocible; superado en un Clásico, ante el rival odiado y con todo en contra, hasta que apareció la fórmula inagotable de su técnico.

Entre las causas, muchos apuntaban a la excesiva confianza que mostró el equipo azulcrema, que en la semana lidió con los cuestionamientos sobre su facilidad para ganar los Clásicos.

Esa misma confianza la mostró el Herrera al saltar al terreno de juego: feliz y con una sonrisa de oreja a oreja, nada normal para un DT que, parece, nació para guiar a las Águilas. El entusiasmo parecía mayor por el semblante tan contrastante de Matías Almeyda, que en un semestre pasó de ser campeón a un entrenador al que se le acabaron las victorias.

Dichos síntomas desaparecieron una vez se dio el silbatazo inicial.

El Rebaño se sacudió los nervios y el "Pelado" apenas un hacia aspavientos, con las manos en la bolsa y dando indicaciones a 11 futbolistas...

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