Colinas de Santa Fe: El holocausto veracruzano

AutorNoé Zavaleta

VERACRUZ, VER.- En medio de la nada, donde no sopla el viento y el sol quema, en 36 hectáreas de dunas, caminos pedregosos, árboles y cactus, integrantes de Los Zetas, del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de Gente Nueva, pero también policías estatales, convirtieron Colinas de Santa Fe en su holocausto veracruzano.

Todos esos grupos armados dejaron ahí 22 mil fragmentos óseos, cientos de cuerpos sin cabeza, huesos quemados y 298 cráneos, de 50 de los cuales no se ha podido obtener su ADN por el grado de deterioro que presentan. En ese campo fueron enterradas más de 300 personas en los últimos ocho años, periodo que abarca el sexenio del priista Javier Duarte de Ochoa y una fracción del panista-perredista Miguel Ángel Yunes Linares.

Desde hace tres años, cuando el Colectivo Solecito inició la búsqueda de sus familiares desaparecidos, sólo han sido identificados los restos de 22 personas. Y no existe únicamente esta fosa clandestina; también están la de Arbolillo, en Alva-rado (con más de 240 cuerpos) y el predio La Guapota en Úrsulo Galván, con 80 fosas donde aún no se han contado ni exhumado los cadáveres por falta de coordinación de las autoridades locales. En esas tres fosas, localizadas en estos tres años en la región del sotavento veracruzano, se calcula que fueron desaparecidas, asesinadas y enterradas más de 700 personas.

La mañana del jueves 8 se celebró una misa en un cementerio clandestino para que familiares de los desaparecidos pudieran "clausurar los trabajos" de búsqueda. Con más de 21 mil fragmentos óseos por analizar y medio centenar de cráneos inservibles para obtener pruebas de ADN pero con la esperanza que un "hueso largo" -costilla o fémur- coincida con un nombre. Las mujeres del Colectivo Solecito saben que la tarea apenas empieza y el viacrucis puede prolongarse varios años más.

Lucía Díaz, directora de Solecito y quien busca desde 2013 a su hijo Guillermo Lagu-nes Díaz, un DJ que fue secuestrado en su domicilio del fraccionamiento Reforma del Puerto de Veracruz, expone que este "infierno" jamás tendría que haber sucedido ni ser solapado por "gobiernos corruptos", como los de Duarte y Yunes. "Cuánta juventud perdimos aquí -lamenta, mientras observa las cruces de madera-, pero sabemos que la impunidad fomenta la criminalidad".

-¿Por qué no se pudo obtener ADN de algunos cráneos? -se le plantea a la señora Díaz.

-Por múltiples factores. Hay cráneos con indicios de que se les pudo haber vertido ácido o quemado antes de enterrarlos... en tres años la fauna nociva, serpientes...

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