Cuando la compasión le ganó al odio

AutorVíctor M. Olazábal

CHICAGO.- Todo empezó en un callejón de esta ciudad en 1987, cuando Christian Picciolini, de menos de 15 años, conversa con un amigo mientras tranquilamente fuman mariguana. De pronto un auto frena y de él baja un hombre que se dirige a ellos. Saben quién es, porque es conocido, temido y respetado en el barrio. Se trata de Clark Martell, líder de un grupo neonazi, que empieza a soltarles un discurso sobre cómo funciona "el sistema", quiénes son los buenos -ellos- y quiénes los malos -los judíos y comunistas-, y cómo éstos van "ganando".

Picciolini escuchó, fascinado por la elocuencia, y en su interior esas palabras empezaron a cobrar sentido. Estaba siendo reclutado para una de las primeras bandas de skinheads (cabezas rapadas) de Estados Unidos. En ese momento no lo sabía, pero llegaría a ser uno de sus líderes... y hoy trabaja para erradicar el extremismo en ese país.

Picciolini nació en 1973 en una familia trabajadora de origen italiano. Su barrio, Blue Island, era entonces una localidad obrera al sur de Chicago, absorbida por la expansión de la ciudad y donde se instalaban inmigrantes alemanes, italianos o polacos.

"Era un muchacho normal en una familia normal de inmigrantes italianos que llegó a Estados Unidos en los sesenta; apenas los veía porque se pasaban todo el día fuera, trabajando", cuenta Picciolini, quien se recuerda como un joven desorientado. En su realidad cotidiana se mezclaban los orígenes extranjeros, un entorno de inmigrantes y una identidad a medio camino entre Italia y Estados Unidos.

"Durante años me sentí solo y abandonado", comenta en entrevista. En esa soledad buscó a alguien que lo escuchara, lo aceptara y que lo hiciera sentirse orgulloso. El encuentro con Martell, y los que vinieron después, le sirvieron para descubrir a los "enemigos", a los culpables de sus problemas.

Una vez dentro del movimiento skin-head, Picciolini inició una nueva vida. Una espiral de odio y violencia inyectada con adrenalina, agresividad, peleas y música racista. La soledad dio paso a la manada y la debilidad, al poder. Tiempo después su mentor fue encarcelado y Picciolini acabó convirtiéndose en el líder del grupo.

"Desde que me uní al movimiento neonazi fui violento. Para alguien de 16 años pasar de sentir una extrema debilidad a sentirse muy poderoso es muy embriagador, es como una droga."

Violencia

Picciolini lideraba a los Chicago Area Skinheads (Cash), conocidos entre los neo-nazis de Estados Unidos porque solían ocupar los titulares de la prensa por su dilatado historial de violencia.

La...

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