Confeccionan de corazón

María Eva Herrera estudio corte y confección en la secundaria y comenzó a ayudar a su mamá en la venta de uniformes.

Ahora, 30 años después, confecciona la ropa escolar con ayuda de sus cuatro hijos en su casa, ubicada en Chimalhuacán, Estado de México.

"Mi mamá vendía camisa, calceta y pantalón, después nos empezaban a pedir más cosas y pues así metimos pants y suéter, luego ella cosía para una empresa y así fue que yo aprendí más", cuenta.

Sus hijos Karina, Silvia, Humberto y Carlos iniciaron también desde los 12 años a trabajar con ella, quien los llevaba consigo a vender a las escuelas.

Desde hace 20 años la familia cose 36 gamas de uniformes para nivel preescolar, primaria, secundaria y preparatoria.

"La tela que utilizamos es nacional, esto nos da una mejor calidad y durabilidad, al grado que los papás nos buscan por más uniformes porque sus hijos crecen, no porque se acaben", explica Humberto Aguilar.

Aunque hay muchas tiendas de autoservicio que venden camisas o playeras desde 30 pesos, Humberto asegura que la tela, el corte y confección de sus prendas les han valido para ser buscados.

Desde San Gregorio, Chalco, Chimalhuacán, Toluca y hasta Texcoco, María y sus hijos han recorrido las escuelas para ofrecer sus prendas.

"Se le agarra cariño a este negocio porque hemos crecido...

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