Confiaba en su papá

BARCELONA.- Fue uno de esos partidos raros para Lionel Messi: duró cuatro horas y lo vivió todo el tiempo sentado en el banquillo. Estuvo imaginariamente encadenado a la silla de la sala del Tribunal de Justicia de Catalunya.

"¡Vete a jugar a Panamá!", "¡paga a Hacienda!", se escuchó entre los "¡Leo, ¡Leo!", le gritaron aficionados a la entrada a la cancha judicial junto a su padre

Tras casi tres horas, se abrió el interrogatorio a Jorge Messi, quien negó responder a la Abogacía del Estado, que pidió 22 meses de cárcel para ambos por haber defraudado 4.1 millones de euros entre 2007 y 2009.

Llegó el momento esperado cuando el juez convocó al hijo pródigo. Tan rápido...

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