Congreso popular

AutorJohn M. Ackerman

Hace algunos meses, en el debate con Enrique Krauze en estas mismas páginas, ya expusimos por qué la Constitución y la Revolución Mexicana son hoy más relevantes y "modernas" que nunca. De acuerdo con el texto constitucional, el Estado mexicano cuenta con la obligación de garantizar a absolutamente todos los ciudadanos, y en condiciones igualitarias, el acceso a techo, tierra, trabajo, salud, alimentación, agua, cultura, información, medio ambiente y educación de calidad. Así mismo, aun después de la contrarreforma energética, el artículo 27 de la Constitución mantiene su concepto claramente antineoliberal de la propiedad privada al señalar que todas las tierras y aguas "corresponden originariamente a la Nación". Este artículo también impone importantes límites a la acumulación de tierras y riquezas por unos cuantos.

Las reformas peñistas todavía no han trastocado el espíritu profundamente social de la Constitución mexicana. Asimismo, se mantienen intactas grandes instituciones públicas como la Universidad

Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y toda la red de universidades, centros de salud y centros comunitarios públicos en el país. También siguen en la brega medios de comunicación independientes como la revista Proceso, el diario La Jomada y los programas de radio y de televisión de valientes periodistas como Carmen Aristegui. No todos los países cuentan con aliados mediáticos tan importantes para el desarrollo de la conciencia ciudadana. Definitivamente, no todo está perdido.

Sin embargo, si no surge pronto una reacción social coordinada y contundente a las contrarreformas peñistas, inevitablemente iremos perdiendo progresivamente las pocas instituciones y medios que todavía reñejan el sentir popular. En 2013 el ciclo histórico de subdesarrollo neoliberal llegó a su climax. 2014 podría ser el año en que se consolida la derrota de la izquierda o el momento en que se siembran las semillas para un nuevo amanecer. Todo dependerá de la acción ciudadana.

El próximo 5 de febrero, en el 97 aniversario de la promulgación de la Constitución de 1917, Peña Nieto encabezará una pomposa ceremonia, muy probablemente en Querétaro, con el fin de aparentar su supuesto compromiso con el espíritu de la Carta Magna. Escucharemos los mismos discursos vacíos y veremos las mismas sonrisas falsas de siempre. Todo será una gran cortina de humo para intentar tapar la...

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