Conquista, colonización y comercio

AutorJorge Sánchez Cordero

Pero fue a través del texto de Luis Torres de Mendoza intitulado Colección de documentos inéditos relatiuos al descubrimiento, conquista y organización de las antiguas posesiones españolas de América y Oceanía, sacados de los archiuos del reino, y muy especialmente del de Indias, publicado en el siglo XVIII, como se conocerían con mayor detalle los primeros tesoros mexicanos que iniciaron su peregrinaje rumbo a las arcas de la Corona española.

Las piezas fueron albergadas en los Reales Alcázares y su existencia quedó evidenciada en las reseñas anecdóticas de la época. Su destino, sin embargo, fue efímero. El fuego consumió esos recintos de manera sucesiva en los siglos XVII y XVIII con todo y sus riquezas precolombinas. El lugar de los alcázares lo ocupa ahora el Palacio de Oriente (Paz Cabello Carro.) Aquí empero es necesario hacer énfasis en que el canon europeo tardó mucho tiempo en darle un valor estético a los bienes precolombinos, y la curiosidad en torno a ellos, cuando existía, era motivada por su exotismo. Durante mucho tiempo prevaleció hacia éstos un sentimiento general de repulsa.

La diáspora de los objetos precolombinos era predecible. Según refiere Paz Cabello Carro, el primer envío de Cortés a Carlos V fue exhibido en Toledo, después en Valladolid y luego en Bruselas. El monarca regaló parte de él a su tía Margarita de Austria y a su hermano Fernando I, emperador de Alemania. En la misma España su suerte fue incierta. Algunos bienes relictos de Felipe II remiten a la existencia de algunas piezas precolombinas.

Al inicio de la conquista, por la novedad que comportaban, se pudieron identificar figuras de ese tipo en colecciones privadas. Las disposiciones testamentarias e inventarios de bienes relictos de la época dan una idea muy somera de ello. El guardajoyas de Carlos V no las consideró en el acta de entrega y su destino posiblemente fueron las subastas que se organizaron para pagar las deudas del emperador (Paz Cabello Carro). La mayor parte de las joyas precolombinas acabaron en la fundición. El resto se perdió en el comercio.

Los bienes provenientes de Perú no tuvieron mejor suerte.

Las investigaciones más relevantes en la materia han concluido que las referencias de los primeros tesoros incas se encuentran en los Archivos Generales del Reino en Bruselas, la antigua Flan-des (Joyas provenientes de las Yndias, de la isla del Perú), y en el Archivo General de Simancas (Joyas de las Indias).

Las joyas, cántaros, ollas...

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