¿Habrá Conservatorio en el gobierno de la 4T?

AutorSamuel Máynez Champion

El pasado martes 27 de noviembre del año del Señor de dos mil y dieciocho años, faltando tres días con trece horas y cero minutos para la toma de protesta de Don Andrés Manuel López Obrador y Ramón y González, tuvo lugar la presentación del tercer volumen de De música y de músicos -de la autoría del titular de esta columna- en el cuestionado auditorio Silvestre Revueltas del benemérito Conservatorio Nacional de Música que se ubica en la elegante avenida Presidente Mazaryk de la sobrevaluada colonia Polanco de la otrora Muy Noble, Insigne, Muy Leal e Imperial Ciudad de México, acorde con la cédula real de 1545 expedida por el excelentísimo Rey Don Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico.

Este farragoso párrafo viene expuesto sin ambages, dada la flema y el inusitado entusiasmo con que el centro rector de la educación musical del país quiso organizar dicha presentación. Es de asentar que entre los presentadores figuraron -perdónese nuevamente el obligado fárrago de cargos y títulos- el Dr. David Rodríguez de la Peña, director del Conservatorio Nacional de Música, el maestro Sergio Rommel Alfonso, titular de la Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas del INBA, el Lic. Juan Antonio Araujo Riva Palacio, presidente del Instituto Mexicano para la Justicia, la afamada ganadora del premio Cervantes, doña Elena Poniatowska Amor (autora del prólogo del citado libro) y Armando Ponce Padilla, editor de la sección de Cultura de este semanario. Por su petición expresa, al redactor de estas líneas le fue "sugerido" que transcribiera los pasajes sustantivos del acto, puesto que están directamente relacionados con el esperado aposentamiento en la silla presidencial del ínclito AMLO. Y porque los tres volúmenes aparecen bajo la colección Para saber de Ediciones Proceso.

Pero antes, unas cuantas palabras de con-textualización que, incluso, intentarán proporcionar las claves que harán inteligible el cometido que anima este texto.

Decir que fue borrascosa y exasperante la llegada al Conservatorio, es decir poco; fue "infernal", en boca de prácticamente todos los que padecieron el trayecto. Hubo quienes, procedentes de colonias cercanas como la Condesa y la Irrigación emplearon más de una hora. Otros, aún estando ya en las inmediaciones, optaron por desistir. Así es de crítico el caos vial que enferma a la Muy Leal CDMX. Mas una vez librada la batalla contra nervios y reloj, el ingreso al auditorio tampoco ayudó para...

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