Continuidad con el salínismo

AutorJesús Cantu

A partir de diciembre de 1982, a escasos tres meses de la nacionalización ban-caria, con la llegada a Los Pinos de Miguel de la Madrid, México emprendió las medidas correspondientes; éstas se fortalecieron y acrecentaron durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. Pero los cambios constitucionales y legales se interrumpieron en 1994, primero con el alzamiento zapatista; después, con los crímenes políticos (Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu); más adelante, con el famoso "error de diciembre", que provocó una de las crisis económicas más severas, y, finalmente, con la pérdida de la mayoría priista en la Cámara de Diputados, en septiembre de 1997.

De la Madrid y Salinas sostenían que no se podían lograr las reformas económica y política simultáneamente, e incluso recurrían al ejemplo de lo que le pasó a Mijail Gorbachov, en la Unión Soviética, con la Perestroika y la Glasnost. Optaron entonces por la primera, la económica. Eso implicó posponer la reforma política y, por lo tanto, mantener el régimen autoritario y, en el caso de Salinas de Gortari, incluso intentar fortalecerlo, pues durante su sexenio se recrudeció la persecución de los opositores políticos y de los periodistas independientes, como ejemplo de la exacerbación de la represión.

Sin embargo, Salinas combinó la mayor represión con mayor corrupción, clien-telismo y corporativismo, particularmente a través del programa Solidaridad y del proceso de privatización de las empresas públicas, en especial los bancos, la telefónica y las aerolíneas. Como un alto grado de simulación, impulsó asimismo la creación de órganos formalmente autónomos, como el Instituto Federal Electoral, la Comisión Nacional de Derechos Humanos y el Banco de México, aunque de hecho seguían totalmente sometidos a su voluntad.

En síntesis, durante 12 años, pero sobre todo en los últimos seis, en lo económico se impulsó el neoliberalismo, y en lo político, el autoritarismo. Ernesto Zedillo pagó las consecuencias (aunque es innegable el pésimo manejo de la economía durante los primeros meses de su mandato) de los impactos de las políticas salinistas (tanto por las reacciones violentas que provocaron como por los efectos sobre las reservas monetarias), y eso lo obligó a dedicarse durante la primera mitad de su mandato simplemente a estabilizar la situación económica, a implementar una reforma electoral cuyos alcances no previo, y, posteriormente, en los últimos tres años, a lidiar con la primera...

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