Las contradicciones de una Constitución Moral

AutorJavier Sicilia

Las virtudes, vistas así, no son una materia teórica -la teoría puede servir para comprenderlas, pero no para vivirlas-; las virtudes se enseñan con el ejemplo y se expresan en una praxis que se sostiene mediante un trabajo interior que nos obliga a mantenernos en ese justo medio. Las virtudes, en este sentido, no se mandatan, se viven, son una manera de ser, dice Aristóteles. Es lo que somos en potencia como humanos y lo que hemos llegado a ser mediante el esfuerzo. Es la manera de ser y de actuar humanamente, de actuar bien.

Por ello cuando López Obrador quiere hacer una Constitución Moral, no sólo cae en un contrasentido sino que genera preocupación. Las virtudes son tan viejas como la larga tradición del mundo griego y del judaísmo -las dos raíces de Occidente-, cuyo tronco, el cristianismo, las ha preservado en un conjunto de principios éticos conocidos como El Decálogo: un faro que a lo largo de siglos ilumina nuestras oscuridades. Esos principios, cuya base está en las virtudes, imitan al amor, que contiene a todas las virtudes y que nace de la libertad. De allí la frase de San Agustín: "Ama y haz lo que quieras", porque quien ama es generoso, es paciente, es valeroso... y en consecuencia no roba, no mata, no traiciona...

Por lo mismo, una Constitución Moral, además de despreciar el corazón de la larga tradición de Occidente y la disposición propia de lo humano -dice Aristóteles al referirse a las virtudes- de hacer el bien, la reduce y la encierra en una cuestión de orden jurídico peligrosa que, lo sabemos por la misma historia, puede conducir a las inquisiciones, las hogueras, los campos de reeducación y la doble moral, como sucedió recientemente con la nada virtuosa alianza de los diputados de Morena con el Partido Verde para obtener la mayoría en el Congreso.

Cuando una institución de poder se vuelve garante de la moral -la historia de la institución clerical lo muestra con creces-, la moral se corrompe, se hace farisaica en el sentido del Evangelio: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Hagan todo lo que les digan, pero no imiten su conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas" (Mateo 23, 2-4).

Las atrocidades de Pol Pot -formado en el budismo y el personalismo cristiano- nacieron de una institucionalización de la moral que manda y obliga no desde el interior de la persona, sino desde...

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