Cordelia Urueta, óleo y petróleo

El 3 de noviembre de 1995 falleció la pintora Cordelia Urueta. Se dijo que a los 87 años, aunque se sospechaba que había nacido quizás en 1897 o en 1900. En las fichas biográficas publicadas en libros y catálogos se asentaba que había nacido el 16 de septiembre de 1908, aunque en privado, con suave coquetería, ella confesaba que había nacido en 1903. Los dos últimos años de su vida los pasó en estado semi-consciente debido a una embolia. Desde fines de los años cincuenta sus ojos se enfermaron (cataratas, operaciones, amenaza de ceguera). Con cierto sarcasmo solía comentar que por eso había comenzado a pintar abstracciones. Verdad relativa porque desde 1945 sus cuadros mostraban formas fantasmales, apariencias invertebradas. Desde entonces la espesura volátil de sus volúmenes ilusorios demostraban la necesidad de escapar a cualquier sujeción imitativa.

Sobrina nieta de Justo sierra, hija de Jesús Urueta, sobrina política de José Juan Tablaba, su infancia fue arrullada por las catilinarias de su padre contra Ramón Corral y José Yves Limantour, contra el general Bernardo Reyes y Luis Cabrera, contra Emiliano Zapata y los Vázquez Gómez. Creció en un hogar estremecido de raíz por los vientos de la Revolución y por las primeras decepciones.

Alfredo Ramos Martínez, el fundador de las Escuelas de Pintura al Aire Libre, un día estuvo de visita en su casa y comentó con la madre de Cordelia, Tarcilia Sierra, que acababa de abrir unos talleres en el exconvento de Churubusco. Cordelia comenzó a asistir a las clases porque tenía mucha facilidad para el dibujo. Estaban de moda las sombras de color violeta, pero a Cordelia le gustaban los grises y los negros. Los maestros insistían en que la materia debía ser tenue, vibrátil, pero a ella le gustaba lo pesado, lo espeso. Al fin su madre consideró más prudente que tomará clases en su casa. Llegó Gonzalo Arguelles Bringas a enseñarle a pintar paisajes a la acuarela, pero a ella le gustaba hacer retratos y tomó al maestro como modelo, también fueron modelos las criadas de la casa y las niñas de Coyoacán. En 1961 Cordelia me contó:

Fue así como empecé a buscar fuera de mi mundo lo que después iba a encontrar dentro de él. De Ramos Martínez aprendí a respetar mis impulsos, a darle importancia a la libertad y a saber que sólo el sentido profesional no la convierte en libertinaje. Mi primera afición fue la de dibujar cuidadosamente, seriamente; me daba alegría ir conociendo por medio del trazo personajes, un...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR