Covideas

AutorFabrizio Mejía Madrid
  1. Un hombre mira en la televisión que su obesidad y sus 30 años de fumador son factores de riesgo. Por pánico, comienza a comer compulsivamente y a dejar encendidos hasta tres cigarros en cada cenicero de su casa. Está atrapado: entre más angustia, más riesgo adquiere. Desesperado, le pide consejos a un amigo, quien le recomienda hacer ejercicio. Empieza por correr en el pasillo de su casa, cada vez más rápido, pero, desacostumbrado, se tuerce un tobillo y cae, sin poderse levantar, justo en la puerta de la entrada. Ahí, tirado, piensa que ya no volverá a ver la calle, el jardín de enfrente ni a nadie más. Cierra los ojos y pide un último deseo.

  2. Una gerente de Muebles Chantal despierta en su cama y el reloj le dice que son las 10 de la mañana. Se da cuenta que desde hace 30 años no ha estado acostada a esa hora, ni un solo día. Se estira, bosteza, se siente culpable de no estar trabajando. Entonces escucha el sonido de los trastes en su cocina y se paraliza. Mira a su alrededor en busca de algo con qué defenderse. Está claro que quien está en ese instante moviéndose desde la cocina es un ladrón. Sin encontrar nada más que un zapato, sale de la recámara a enfrentarlo. Ahora escucha a alguien silbando en la cocina. Al abrir la puerta, encuentra a otra mujer, quien se paraliza en el instante de empuñar un cuchillo para embarrar de cajeta una rebanada de pan.

    -¿Quién es usted y qué hace en mi casa? -aúlla la gerente alzando el zapato.

    -Yo vivo aquí de ocho y media al cuarto para las seis.

    Así, la gerente descubre que la otra mujer ha vivido en su casa durante los últimos 30 años. Es, por supuesto, ella misma en una vida doméstica que nunca vivió.

  3. Una pareja encerrada llega al acuerdo de no abrazarse ni besarse durante 14 días. Ambos estuvieron en contacto con compañeros de trabajo que bien podrían haber estado contagiados sin tener síntomas. Van y vienen por los recovecos del departamento tratando de no hablarse a menos de un metro y medio de distancia, sin tocarse. De vez en cuando se dirigen miradas coquetas pero no pueden actuar en consecuencia. Comienzan a escribirse mensajes en las paredes. Al principio es sólo un "te amo", pero muy pronto comienzan a tener contenido sexual y hasta pornográfico. Describen lo que se harían mutuamente de no estar practicando el yoga de la sana distancia. Uno de los gra-fiti a la entrada del baño dice: "Me como a bocanadas tu aroma a Fabuloso".

  4. Ahora que me lo pregunta, sí existió un mundo precovid...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR