El creciente desafío del radicalismo de ultraderecha

AutorAnne Marie Mergier

NIZA, FRANCIA.- El 22 de julio de 2011, a las tres y media de la tarde, Anders Behring Breivik, de 40 años, extremista antimusulmán y neonazi, activó el mecanismo de un coche-bomba en una zona céntrica de Oslo, Noruega. El atentado mató a ocho personas.

Dos horas más tarde, disfrazado de policía y armado hasta los dientes, Breivik desembarcó en la isla de Utoya, irrumpió en un campo juvenil y perpetró un asesinato en masa con saldo de 77 muertos y más de 100 heridos que, en su mayoría, eran adolescentes y adultos jóvenes.

El 15 de marzo último, el australiano Brenton Tarrant, de 29 años, atacó con un arma semiautomática dos mezquitas en la ciudad de Christchurch, Nueva Zelanda. Asesinó a 51 personas e hirió a 49 más.

Tarrant se define como supremacista blanco y dice denunciar "la expansión del Islam" y "el genocidio de los blancos por los musulmanes". En varias oportunidades expresó su admiración por Breivik.

El pasado 3 de agosto, Patrick Wood Crusius, de 21 años, armado con un fusil tipo AK-47, disparó contra los clientes de un Wal-mart de la ciudad de El Paso, Texas. Causó 22 muertes y lesionó a 24 personas.

Fascinado por Brenton Tarrant y el supremacismo blanco, obsesionado por "la invasión hispana de Texas", Wood Crusius confesó a la policía que su meta era "matar a tantos mexicanos como fuera posible".

Antes de lanzar sus mortíferos ataques, Breivik, Tarrant y Wood Crusius colgaron en internet largos manifiestos de una virulencia extrema, en los cuales dijeron justificar sus crímenes. Estos textos tuvieron tiempo para circular en la web antes de ser borrados.

Wood Crusius logró, inclusive, difundir en YouTube el video de su ataque filmado en vivo, compartido por 1.5 millones de usuarios.

"Neonazis en Alemania, extremistas de derecha en Escandinavia, supremacistas blancos en Estados Unidos... Es preocupante la progresión de la ideología de ultraderecha y de grupos extremistas violentos que se reclaman de ella en los países occidentales", dice Gilles de Kerchove, coordinador de lucha antiterrorista de la Unión Europea (UE).

Explica que en la UE, por fin, comenzó una reflexión sobre dicho fenómeno, con un enfoque especial sobre el rol que juega internet en la difusión de la propaganda de estos grupos y la reacción inadecuada de las grandes plataformas electrónicas ante el problema.

De Kerchove participó en una mesa redonda sobre la evolución de la amenaza terrorista en el mundo, organizada en el contexto del VIII Congreso Internacional...

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