Sólo creo en una conspiración: la de Yoko Ono en mi contra

AutorRobert Rosen

Astucia afirma, entre muchas otras cosas demasiado extensas como para abundar sobre ellas aquí, que yo soy un supervillano fun-damentalista del sionismo y que como jefe de una red de espionaje en la CÍA fue quien ordenó el asesinato de Lennon, ante lo cual habría que refrescarle la memoria (y de paso a todos los del movimiento anti-bélico), y acusar luego a la CÍA de haberme pagado para que yo escribiera mi biografía Nowhere Man sobre los años de Lennon en Nueva York.

Dice además de que junto con otro judío, Edward Teller, el llamado Padre de la Bomba de Hidrógeno, y con Ronald Reagan, yo sentía que Lennon debía morir (y su memoria divaga), con el propósito de que los Estados Unidos pudiesen proseguir con la Guerra de las galaxias fomentando su defensa contra los misiles.

El mero hecho de que Astucia continúe vivo ya es una prueba fehaciente de que sus teorías son absurdas. Porque si hubiera algo de cierto en lo que dice, un verdadero supervillano al frente de una red de espionaje ya lo hubiera silenciado a él desde hace 10 años, cuando comenzó a postear estos rollos onli-ne. No sé si el tal Salvador Astucia diga esas ondas porque las cree, o para provocar y llamar la atención. De entrada, yo tiendo a no hacerle caso en nada de lo que él o cualquier otro diga, desde el momento en que niegan la existencia del Holocausto.

Que Cavalli hallase un hilillo de verdad en los exabruptos demenciales de Astucia resulta atribuible a la tenacidad de Cavalli y a sus habilidades como investigador. De ahí que yo mismo le otorgue aAstucia el mérito absoluto de incluirme como el "número dos" para la lista denominada "Las tres teorías directrices en la conspiración que asesinó a John Lennon", haciendo trío con J. D. Salingery Ste-phen King, su otro par de sospechosos.

He tardado 50 años reflexionando acerca del homicidio de John F. Kennedy y la conclusión oficial de que Oswald lo ejecutó me parece muy poco satisfactoria. Sin embargo, no creo que Lennon fue víctima de un complot. Considero a Mark Chapman un lunático solitario, y pienso que si Yoko Ono creyera que el homicida de Lennon o alguno de sus cómplices anduviesen libres, ella ya hubiese emprendido una averiguación privada (para cuidar de su propia seguridad). Ella no ha hecho nada por el estilo.

Pienso que la mayoría de las teorías en torno a que hubo una conspiración (por ejemplo, aquella sobre los denominados Candidatos Manchuría) están basadas en escenarios tan complejos, que resultarían...

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