Ante la crisis de la Iglesia chilena, inédita intervención papal

AutorFrancisco Marín

SANTIAGO.- "Sin duda que Francisco, luego del tremendo fiasco de su visita a Chile, ha querido, junto con promover una enmienda radical de la devastada Iglesia chilena, dar un poderoso ejemplo a la Iglesia universal".

Así define Felipe Portales -periodista, sociólogo e historiador del catolicismo- el meollo de la crisis, a la que no duda en definir como "la peor en toda su historia", de la Iglesia chilena.

Tal crisis se desató debido a la difusión de numerosos casos de violaciones de menores perpetrados por religiosos, especialmente los cometidos por el otrora sacerdote preferido de la élite chilena, Fernando Karadima, a quien la justicia vaticana suspendió de por vida en 2010, tras comprobar que abusó sexualmente de niños y jóvenes que le fueron entregados para su formación espiritual.

Jorge Bergoglio, el papa Francisco, había mantenido la misma actitud de desprecio hacia las víctimas que habían tenido los obispos chilenos; pero tras su desastrosa visita al país -entre el 15 y el 18 de enero pasados-, que se dio en medio de un grave desencuentro con los fieles, comprendió que las cosas eran muy distintas a como se las contaban o a como él había imaginado.

La intervención

"La intervención del Vaticano se ha hecho necesaria por la devastadora crisis de credibilidad que sufre la jerarquía católica chilena", señala Portales.

El autor de Historias desconocidas de Chile (2017) estima que El Vaticano ha desempeñado "un papel muy negativo" en la decadencia de la Iglesia chilena, subrayando "la nefasta influencia que tuvo el cardenal Angelo Sodano, como nuncio en tiempos de Pinochet (1977-1988) y como secretario de Estado delVaticano (1991-2006)". Esto, por ser decisivo "en el nombramiento de numerosos obispos ultraconservadores chilenos, cinco de los cuales, para mal de males, fueron formados espiritualmente en la virtual secta de Karadima".

En este sentido el sociólogo destaca que lo peor fue el "desgraciado nombramiento (enero de 2015)" y la "tozuda mantención en su cargo" como obispo de Osorno de Juan Barros, "reconocido secuaz de Karadima", quien generó gran rechazo entre los laicos locales.

Francisco había desatado la ira de los fieles osorninos en octubre de 2015, al enviar un mensaje en video en el que dijo que "Osorno sufre ¡por tonta!, porque no abre su corazón a lo que Dios dice y se deja llevar por macanas inventadas por zurdos".

Al final de su reciente visita a Chile, Bergoglio reiteró su defensa de Barros. "No hay una sola prueba en su contra, todo es calumnia", señaló antes de su homilía en Iquique.

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