La crisis y sus incertidumbres

AutorOlga Pellicer

Esos problemas interactúan entre sí, según las circunstancias particulares de cada país, cada gobierno, cada comunidad. La pandemia ha tenido consecuencias dramáticas en las grandes urbes, como Nueva York, o en países tan atractivos por sus bellezas artísticas como Italia. Los sistemas hospitalarios ahí se han visto rebasados. Los dilemas que enfrentan son escalofriantes: ¿Cómo decidir a quién le doy el respirador que necesita para sobrevivir, cuando sólo tengo uno y lo solicitan cinco? La bioética reaparece como una disciplina indispensable para la impartición de servicios médicos. Pero no estamos listos para concebirla, encontrar respuestas y aceptarlas. En México ha circulado un primer borrador al respecto que despertó de inmediato indignación y divisiones.

Las consecuencias económicas son incalculables. Numerosos estudios del FMI, Banco Mundial o la Cepal coinciden en predecir una seria recesión. Se evocan los efectos de la Segunda Guerra Mundial o la famosa recesión de los años treinta del siglo pasado.

En efecto, desde que a mediados de marzo se decidió por el distanciamien-to social y el confinamiento en las casas, la economía paró bruscamente. Al cerrar actividades que producen servicios, principales generadoras de empleo, cientos de millones de trabajadores han quedado desocupados. Grandes corporaciones, como la industria automotriz, se han paralizado parcialmente. Está en duda el número de compañías aéreas que podrán sobrevivir. Difícil predecir cuándo se normalizará el turismo. Aventuras de gran lujo, como los cruceros, ya perdieron todo su atractivo. Sin embargo, su llegada a pequeños países proporcionaba ingresos indispensables.

Los programas de rescate, cuando son posibles, han comenzado a funcionar. Tienen lugar en países ricos y despiertan enormes dudas sobre su durabilidad y lo que se podrá rescatar cuando haya terminado la crisis. Los países de África o América Latina, donde la fase más seria de la pandemia apenas se inicia, encontrarán una situación aún más grave.

En el terreno político las consecuencias son múltiples. Se advierte en las tensiones y diferencias entre diversos niveles de gobierno. ¿Quién manda, en el caso inesperado de una pandemia: el gobierno central o los gobiernos locales? Las respuestas vienen de muy diversas maneras. Se subraya que no haber respondido a tiempo, poniendo en peligro miles de vidas, se debió a la imposibilidad de decretar medidas que no se podían imponer a las autoridades locales. El...

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