Crisis migratoria de norte a sur

AutorMathieu Tourliere

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador enfrenta una doble crisis en las fronteras de México. En el sureste, albergues y organizaciones de la sociedad civil se encuentran desbordados ante la llegada de miles de hombres, mujeres, niños y ancianos, principalmente centroamericanos, en situación de precariedad extrema.

Los activistas en esa región fronteriza advierten que el actual "descontrol" podría desembocar en un "colapso" de la ayuda humanitaria. Señalan que, más allá del discurso de respeto a los derechos humanos que promueve el gobierno federal, se dibuja de nuevo una política "dura" de contención migratoria.

Al mismo tiempo, el gobierno de Donald Trump aumentó su presión para obligar México a detener la migración centroamericana: en algunas ciudades fronterizas del norte, como Tijuana y Ciudad Juárez, las autoridades estadunidenses cerraron carriles en los puntos fronterizos, lo que generó filas de vehículos que tardaron hasta ocho horas para cruzar los puentes.

"Estamos en el sandwich ahorita", confesó Tonatiuh Guillen López, el comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), el pasado 28 de marzo. El gobierno mexicano aseguró que su política al respecto continuará enfocada en una migración "segura, ordenada y regular".

Sin embargo, desde principios de año las autoridades nacionales prácticamente dejaron de entregar tarjetas de visitantes por razones humanitarias -dieron 11 mil 823 en enero y apenas mil 24 en marzo-, no regularizó a más migrantes y congeló el otorgamiento de "oficios de salida" a los migrantes cubanos, haitianos y extrarre-gionales (africanos y asiáticos) que se encuentran varados en el sur.

Tan sólo en los primeros dos meses del año, las autoridades mexicanas detuvieron a 16 mil 611 migrantes centroamericanos y deportaron a 13 mil 643 de ellos, es decir, un promedio de 231 personas por día. Además, el INM deportó a mil 876 menores de 11 años, 25% más que el año pasado.

En marzo los agentes del INM detuvieron a 12 mil 700 personas (un aumento de 23% en comparación con febrero), según la cifra que la dependencia adelantó a Proceso y que supera las 11 mil 779 detenciones que realizó el INM en marzo de 2018, en la administración de Enrique Peña Nieto.

Además, el pasado jueves 4 el gobierno deportó a 71 ciudadanos haitianos a su país, una cantidad inédita en la historia reciente: el año pasado, el INM deportó a dos haitianos, quienes se sumaron a los 27 de 2017; prácticamente todos bajo el programa de retorno asistido.

A su vez, las autoridades estadunidenses reportaron que en los primeros tres meses del año más de 234 mil personas entraron a su territorio desde México, ya sea de manera irregular -alrededor de 200 mil fueron detenidas al intentarlo- o presentándose en los puntos de internación. Esto implica un incremento superior al 150% a las que ingresaron en el mismo periodo del año pasado.

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