Crónicas del Metro / Sólo mujeres

Al momento de despertar del "coyotito", Mauro piensa que su sueño se ha trasladado a la realidad, se encuentra en el interior de un vagón del Metro atiborrado en su mayoría por mujeres de diversas edades.

Este hombre de 55 años de edad se dirige de la estación Observatorio a la terminal de autobuses de la Vía Tapo, la cual se localiza en las inmediaciones de la estación San Lázaro,. Son apenas las 6:30 horas y tan fémina visión lo perturba tanto, al grado de no parpadear por varios minutos.

Se encuentra en la estación Balderas, una y otra vez talla sus ojos hasta comprobar que no es mentira esa visión: son mujeres... perfumadas, bien vestidas, feas, altas gordas, con unos cuerpos desquiciantes, delineados por los entalles de faldas o vestidos,. Sus adentros agradecen con delicia ese panorama.

De repente no puede creer la transformación que sufre una joven de escasos 22 años, quien de una bolsa de mano sustrae una cuchara sopera y comienza a enroscarse las pestañas, luego se pone rubor en el rostro y minutos después, a pesar de todos los enfrenones que da el convoy, ella concluye felizmente su ritual cosmetológico.

Un aroma penetrante a sandía lo hace levantar la mirada, una mujer de alrededor 40 años lee una revista especializada en belleza, hay un artículo que hace reflexionar a Mauro, ya que la señora lo repasa con atención, además de que el título hace girar las ideas de ese hombre, "La esperanza ya no es verde, ahora es azul: Viagra..."

Se abre la puerta en la estación Isabel La Católica y una mujer obesa sube, arrastrando una bolsa negra de grandes...

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