Cruz Azul, un tenebroso futuro

AutorRaúl Ochoa

De tumbo en tumbo y de escándalo en escándalo, el Cruz Azul Fútbol Club, A.C., se convirtió en un problema para el Consejo de Administración de la Cooperativa La Cruz Azul, S. C. L., decidido a transformar a la cementera en una sociedad anónima y, de paso, deshacerse de la franquicia del equipo, que aun cuando suele perder las finales que disputa aún está considerado como uno de los cuatro grandes clubes del país, junto a Chivas, América y Pumas.

A esto se suman los jalóneos que desde 2011 enfrentan a la directiva actual con cooperativistas que ostentan puestos ge-renciales y buscan expulsar al director general de la cementera y presidente del club de fútbol, Guillermo Álvarez Cuevas, quien en 28 años al frente de la cooperativa sólo puede presumir de un título de liga.

El próximo año, la peor racha en la historia de este club con más de medio siglo de existencia llegará a dos décadas. Sus frecuentes derrotas en instancias finales dieron origen a un nuevo término futbolero: cruzazulear, que alude a fracasos padecidos estando a un paso de la gloria.

De hecho, al cierre de esta edición, Cruz Azul mantenía una mínima probabilidad de clasificar a la liguilla del actual torneo. Luego de 15 jornadas disputadas en el Apertura 2016 de la Liga Mx, el club estaba obligado además a ganar sus últimos dos juegos, y a esperar la combinación de resultados de siete adversarios.

Y la situación se agrava: a partir del próximo torneo Cruz Azul enfrentará problemas en la tabla del porcentaje. Eso significa que la franquicia pondrá en riesgo su permanencia en la máxima categoría como resultado de sus recientes actuaciones.

En medio de la turbulencia, Guillermo Billy Álvarez puso en práctica una estrategia encaminada a resistir los embates de los cooperativistas que desaprueban su mandato. El 26 de octubre, sostuvo que no piensa renunciar. Y confirmó que en junio de 2018 termina el convenio de arrendamiento del estadio Azul con la familia Cosío, propietaria del inmueble, y que se negocia una prórroga de arrendamiento al menos hasta 2019. De no alcanzar ningún acuerdo, reveló, hay dos planes alternos: regresar a jugar al estadio Azteca o construir un inmueble nuevo, después de 20 años en el Azul.

Sin embargo, altos mandos de la cooperativa a los que Álvarez se enfrenta han tomado el control operativo del club; se quedaron con la identidad (la marca) y hasta con el nombre del equipo, pese a una sentencia del Juzgado Primero de Distrito en Materia Civil de la Ciudad de México que...

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