La cuarta transformación y la fórmula populista: un divorcio necesario

AutorAntonio Salgado Borge

El primero está formado por la colección de tropos y recursos discursivos populistas. En esta colección se puede incluir el uso de frases pegajosas o apodos, las simplificaciones de problemas complejos, las respuestas repetitivas y descalificaciones sin distinciones a la prensa, o la jocosa caricaturización de críticos u opositores.

El segundo elemento consiste en una raigambre cibernética constituida por el uso intensivo de hordas de bots, de replicadores de carne y hueso a sueldo y de influencers, que van desde artistas hasta supuestos intelectuales. Dado que alrededor de la mitad de los perfiles en redes sociales son cuentas automatizadas, el uso de esta estructura tiene un efecto crucial en la determinación del sentido de la discusión y en la formación de la opinión pública.

Aunque esta raigambre no es exclusiva de los populistas, han sido éstos quienes la han utilizado primero y más eficientemente. Su uso no implica la inexistencia de un apoyo masivo y real a estos personajes o a sus gobiernos, pero juega un papel importante en la explicación de este apoyo. Para simplificar, me referiré a la conjunción entre los tropos populistas y la estructura cibernética como "la fórmula populista". Independientemente de los aciertos de la 4T -los hay y no son pocos-, esta fórmula ha jugado un papel importante para el presente gobierno. ¿Cómo puede un gobierno de izquierda defender el uso de la fórmula del populismo de derecha?

Para quienes apoyan a la 4T desde la razón puede resultar tentador ver esta fórmula como el menor de los males. La idea es que su uso en 2018 por un líder de la izquierda institucional nos salvó de la posibilidad de que la capitalizara algún populista de derecha, algún comediante venido a político o algún desquiciado -como Gilberto Lozano-. En el mismo sentido, se puede alegar que el dominio de la 4T sobre la fórmula populista es el mejor dique para frenar las ambiciones de conservadores impresentable -por ejemplo, el proyecto Calderón-Zavala- o de empresarios megalómanos -al estilo de Ricardo Salinas Pliego-.

Quienes defienden con argumentos a la 4T también pueden presentar la fórmula populista como un mal necesario. Bien se puede alegar que su uso ha sido crucial para la llegada del primer gobierno de izquierda democráticamente elegido en nuestro país. Las elecciones de 2006 nos demostraron con claridad que buena parte de las élites económicas de México, en alianza con élites políticas, fueron capaces de tirar la casa por...

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