Las cuatro batallas de los nuevos "halcones"

AutorArturo Rodríguez García

El 1 de diciembre de 2012, cuando Enrique Peña Nieto tomó posesión de la Presidencia de la República, se inició una escalada represiva contra las protestas sociales que, operada por el Gobierno del Distrito Federal (GDF), se vale del encubrimiento, la provocación, la brutalidad policiaca y la aparición de un grupo de civiles violentos no identificados.

Policías y encapuchados han embestido contra manifestantes, defensores de derechos humanos, periodistas o transeúntes sin relación con el movimiento social.

Las agresiones fueron documentadas y denunciadas, pero han quedado impunes. Fue el pasado miércoles 2 cuando se resumió todo lo que a lo largo de 2013 han señalado grupos que se asumen perseguidos por el gobierno capitalino: presuntos policías vestidos de civil que se infiltran en manifestaciones y las violentan, usan uniformes y ambulancias para pasar in-advertidos; encapsulamiento de granaderos a manifestantes, quienes sufren golpizas y detenciones arbitrarias.

La lista se amplía: policías y funcionarios capitalinos que hacen registro fotográfico de manifestantes, revisiones selectivas en el Metro y unidades de transporte público, acoso domiciliario y "detenciones hormiga" bajo cualquier pretexto previo a las marchas: así pasó el miércoles 2, cuando se les fincaron cargos por delitos contra la salud (narco) a cuatro jóvenes, presuntamente torturados.

A través del registro que víctimas, activistas y periodistas han realizado en medios tradicionales y en redes sociales, así como de imágenes obtenidas por Proceso, fue posible documentar nueve episodios de alta violencia en 2013. De esos, al menos cuatro implicaron la participación de civiles infiltrados como grupo de choque. Algo parecido a lo que pasó el 10 de junio de 1971, El Halconazo.

Hasta ahora, el gobierno no ha asumido la responsabilidad por la violación de garantías.

Infiltrados

El miércoles 2 la mayoría de los contingentes que conmemoraba la matanza de 1968 se abstuvo de incurrir en acciones violentas. Por el contrario, llamó continuamente a "no caer en provocaciones" y a mantener la paz en una marcha que tradicionalmente termina en el Zócalo, tomado desde el pasado 13 de septiembre por fuerzas federales.

El operativo demostró que las tácticas denunciadas por miembros de diferentes colectivos y periodistas eran ciertas: policías vestidos de civil infiltrados entre manifestantes o realizando detenciones y propinando golpizas a manifestantes.

La brutalidad comprobada: un video difundido por Amnistía Internacional, localizable en YouTube como "Policías agraden a visores de derechos humanos", muestra el momento en que el activista del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, Víctor Carlos Banda, es tirado al suelo y pateado en el rostro por policías, aun cuando su chaleco e identi-

No fueron los únicos. También estuvo Tonathiu Vidal, integrante de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD). Fue detenido por una mujer vestida de civil y salvajemente golpeado cerca del Caballito.

Aunque desde hace tiempo jóvenes de diferentes organizaciones habían denunciado que miembros de Concertación Política del GDF y policías se disfrazan de socorristas del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR